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La honestidad es el lujo que los ricos no pueden permitirse.
Barón Pierre de Coubertin
Las distinciones raciales no deben tener cabida en el deporte.
El día en que un deportista deje de pensar en primer lugar a la felicidad que su esfuerzo le procura y a la embriaguez del equilibrio entre potencia y físico que de ello nace, el día en que deje que las consideraciones sobre la vanidad o sobre el interés prevalezcan, ese día nuestros ideales morirán.
Celebrar los Juegos Olímpicos significa evocar la historia.
Lo mejor que tienen los sueños es que se pueden hacer realidad.
No estamos en este mundo para vivir nuestra vida, sino la de los otros. Las mayores alegrías, por otra parte, no son las que nosotros mismos gozamos, sino las que procuramos a los demás.
Un país puede considerarse realmente deportivo cuando la mayor parte de sus habitantes siente el deporte como una necesidad personal.
El espíritu olímpico no es ni la propiedad de una raza ni de una época.
Lo más importante del deporte no es ganar, sino participar, porque lo esencial en la vida no es el éxito, sino esforzarse por conseguirlo.
El Espíritu Olímpico exalta y une en un conjunto equilibrado las cualidades del cuerpo, de la mente y de la voluntad.