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La superioridad es siempre detestada.
Baltasar Gracián
Errar es humano, pero más lo es culpar de ello a otros.
Viven los sabios varones ya pasados, y nos hablan cada día en sus eternos escritos iluminados perenemente los venideros.
Menos dañosa es la mala ejecución que la irresolución.
En la boca del viejo todo lo bueno se fue y todo lo malo es.
Antes loco con todos, que cuerdo a solas.
Hacer buena guerra. Puédenle obligar al cuerdo a hacerla, pero no mala; cada uno ha de obrar como quien es, no como le obligan.
Cómense mejor los buenos bocados de la suerte con el agridulce de un azar.
La erudición de cosas modernas suele ser más picante que la antigua, y más bien oída, aunque no tan autorizada. Los dichos y hechos antiguos están muy rozados; los modernos, si sublimes, lisonjean con su novedad; dóblase la ilustración con la curiosidad y con la ingeniosa acomodación.
A menos palabras, menos pleitos.
No te pongas en el lado malo de un argumento simplemente porque tu oponente se ha puesto en el lado correcto.
Los ignorantes son los muchos, los necios son los infinitos; y así el que los tuviere a ellos de su parte, ése será señor de un mundo entero.
Estiman algunos los libros por la corpulencia, como si se escribieran para ejercitar antes los brazos que los ingenios.
La amistad no se cuenta aunque muchos la venden, ya que los amigos comprados o no lo son o valen poco.
Es desgracia habitual en los ineptos la de engañarse al elegir profesión, al elegir amigos y al elegir casa.
No es menester el arte donde sobra naturaleza. Sobra la afectación donde basta con el descuido.
No hay hombre, por viejo que esté, que no piense que puede vivir otro año.
La cortesía es la principal muestra de cultura.
Añade el hombre conocimientos a conocimientos: nunca el saber es bastante. Si tanto es uno más hombre cuanto más sabe, el más noble empleo será el aprender.
Son verdades célebres las sentencias cuando son universales.
Vale más pelear con gente de bien que triunfar de gente de mal.
Los sabios mueren, más los tontos revientan.
El vulgo no es otra cosa que una sinagoga de ignorantes presumidos, que cuanto más hablan de las cosas menos las entienden.
Tanto valdrá uno cuanto quisieren los demás, y para que quieran se les ha de ganar la boca por el corazón; no hay hechizo como el buen servicio, y para ganar amistades el mejor remedio es hacerlas; depende lo más y lo mejor que tenemos de los otros.
Es cordura provechosa ahorrarse disgustos. La prudencia evita muchos.
Mucho has perdido si un amigo has perdido, y será bien dificultoso hallar otro.
Visto un león, están vistos todos, y vista una oveja, todas; pero visto un hombre, no está visto sino uno, y aún no bien conocido.
La amistad multiplica los bienes y reparte los males.
Tened paciencia y tendréis ciencia.
No vivir apriesa. El saber repartir las cosas es saberlas gozar; a muchos les sobra la vida y se les acaba la felicidad.
El hombre cuando había de comenzar a vivir, cuando más persona, cuando ya sabio y prudente, lleno de noticias y experiencias, sazonado y hecho, colmado de perfecciones, cuando era de más utilidad y autoridad a su casa y a su patria: así que nace bestia y muere muy persona.
Aprobarlo todo suele ser ignorancia; reprobarlo todo, malicia.
Lo único que realmente nos pertenece es el tiempo: incluso aquel que no tiene otra cosa cuenta con eso.
No hay perfección donde no hay elección.
Tan gloriosa es una bella retirada como una gallarda acometida.
Es pasión de necios la prisa.
La perfección ha de estar en sí, la alabanza en los otros; y es merecido castigo que al que neciamente se acuerda de sí, discretamente le pongan en el olvido los demás.
Atención a no errar una, más que a acertar ciento.
De los amigos ofendidos salen los peores enemigos: añaden a su defecto todos los ajenos.
Tratad con quien se puede aprender.