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Los más viles entre los hombres son aquellos que no dan ningún fruto en la tierra. Tales hombres son en verdad considerados entre los muertos; es más, ante la vista de Dios, mejores son los muertos que esas almas ociosas y despreciables.
Baha'ullah
Tú eres mi fortaleza, entra en ella para que estés a salvo. Mi amor está en ti; conócelo, para que me encuentres junto a ti.
Cuando acontezcan sucesos naturales estremecedores, recordad la fuerza y majestad de vuestro Señor, Quien todo lo escucha y lo ve, y decid: El dominio es de Dios, Señor de lo visible y lo invisible, Señor de la creación.
En el jardín de tu corazón no plantes sino la rosa del amor, y no liberes al ruiseñor del afecto y del deseo. Aférrate a la compañía de los justos y elude toda asociación con los impíos.
Incumbe a todo hombre dotado de discernimiento y comprensión, esforzarse por llevar lo que ha sido escrito a la realidad y acción.
Eres el sol de los cielos de mi santidad; no dejes que la contaminación del mundo eclipse tu esplendor. Rasga el velo de la negligencia para que emerjas resplandeciente por detrás de las nubes y adornes todas las cosas con el atavío de la vida.
Aquel que es Vuestro Señor, el Todomisericordioso, abriga el deseo en Su corazón de contemplar a toda la raza humana como a una sola alma y un solo cuerpo.
No te aflijas en la pobreza ni te confíes en la riqueza, pues a la pobreza sigue la riqueza, y tras la riqueza viene la pobreza.
Resolved vuestras diferencias y reducid vuestros armamentos, para que el fardo de vuestros gastos se vea aligerado, y vuestras mentes y corazones logren tranquilizarse. Curad las disensiones que os dividen, y no necesitaréis valeros de armas, salvo para lo que requiera la protección de vuestras ciudades y territorios.
Ciertamente digo: El mundo es como un vapor en un desierto; el sediento sueña que es agua y lucha por alcanzarlo con todas sus fuerzas, hasta que cuando llega a él, encuentra que es sólo una mera ilusión.
¡Por mi vida! La luz de un buen carácter sobrepasa a la luz del sol y a su resplandor. Quienquiera lo haya alcanzado es considerado como una joya entre los hombres.
La humildad exalta al hombre al cielo de la gloria y poder.
Los mejores de los hombres son aquellos que se ganan el sustento con su oficio y lo gastan en sí mismos y en sus familias.
Es indudable que los pueblos del mundo de cualesquiera raza o religión derivan su inspiración de una sola fuente celestial y son los súbditos de un solo Dios.
En verdad te digo: de todos los hombres, el más negligente es aquel que disputa inútilmente y trata de sobresalir por encima de su hermano. Di: ¡Oh hermanos! Que las acciones y no las palabras, sean vuestro adorno.
Medita un momento: ¿Has oído alguna vez que amigo y enemigo habiten en un corazón? Echa entonces al extraño, para que el amigo entre en su morada.
En este Día incumbe a todo hombre asirse de lo que pueda promover los intereses de todas las naciones y gobiernos justos y exaltar su posición.
Una lengua amable es el imán del corazón de los hombres.
Que ningún hombre se glorie de que ama a su patria, que más bien se glorie de que ama a sus semejantes.
Estad unidos, oh reyes de la tierra, pues así la tempestad de la discordia entre vosotros será apaciguada y vuestros pueblos hallarán descanso, si sois de aquellos que comprenden. Si alguno de vosotros tomara armas contra otro, levantaos todos contra él, porque esto no es sino justicia manifiesta.
El bienestar de la humanidad, su paz y seguridad son inalcanzables, a menos que y hasta que su unidad esté firmemente establecida. Esta unidad no podrá jamás lograrse mientras se permita que los consejos que ha revelado la Pluma del Altísimo pasen desatendidos.
Pídete cuentas a ti mismo cada día, antes de que seas llamado a rendirías; pues la muerte te llegará sin aviso y habrás de responder por tus hechos.
No deseamos sino el bien del mundo y la felicidad de las naciones... Que todas las naciones se unan en una Fe y todos los hombres sean como hermanos; que se fortalezcan los lazos de afecto y unidad entre los hijos del hombre; que cese la diversidad de religión y se anulen las diferencias de raza.
Mi objeto no es sino el mejoramiento del mundo y la tranquilad de sus pueblos.
Es de hecho un hombre, quien, hoy, se dedica al servicio de toda la raza humana. El Gran Ser dice: Bienaventurado y feliz es aquel que se levanta para promover los mejores intereses de los pueblos y razas de la tierra.
El verdadero amante ansía la tribulación como el rebelde anhela el perdón y el pecador la misericordia.
No pongáis vuestro afecto en la soberanía mortal y no os regocijéis con ella. Sois como el pájaro incauto que con plena confianza canta sobre la rama, hasta que de repente, la muerte cazadora lo derriba al polvo, y la melodía, la forma y el color desaparecen sin dejar rastro. Por tanto, tened cuidado, ¡Oh esclavos del deseo!
Eres como una espada de excelente temple, oculta en la oscuridad de la vaina, y cuyo valor es desconocido para el artífice. Por tanto, sal de la vaina del yo y del deseo, para que tu valor se haga manifiesto y resplandeciente ante todo el mundo.
En verdad te digo, éste es el Día en que la humanidad podrá ver la Faz y oír la Voz del Prometido.
Ante mi vista lo más amado de todas las cosas es la Justicia; no te apartes de ella si me deseas, y no la descuides para que confíe en ti. Con su ayuda verás con tus propios ojos y no por los ojos de otros, y conocerás con tu propio conocimiento y no mediante el conocimiento de tu prójimo. Pondera en tu corazón cómo te corresponde ser.
Se aproxima el día en que todos los pueblos de la tierra habrán adoptado un idioma universal y una escritura común. Cuando se haya logrado esto, a cualquier ciudad que uno viaje, será como llegar a la tierra nativa.
Si te llegare la prosperidad, no te regocijes, y si te sobreviniere la humillación, no te acongojes, pues ambas pasarán y dejarán de ser.
Que vuestra visión abarque al mundo en lugar de limitarse a vuestro propio ser.
Para todo hay un signo. El signo del amor es la fortaleza ante mi decreto y la paciencia ante mis pruebas.
No carguéis vuestras almas con lo que las canse o las abrume, sino más bien con lo que las aligere y eleve, para que puedan remontarse en alas de los versículos divinos hasta el Punto de Amanecer de Sus signos manifiestos; esto os acercará más a Dios, ojalá lo comprendierais.
¡Oh gentes del mundo! Construid en todos los países casas de adoración en el nombre de Quien es el Señor de todas las religiones. Hacedlas tan perfectas como sea posible en el mundo del ser, y adornadlas con lo que es digno de ellas, no con imágenes ni efigies. Entonces, celebrad allí, con júbilo y alegría, la alabanza de vuestro Señor, el Más Compasivo.
No atribuyas a ningún alma lo que no quisieras que se te atribuyese a ti, ni digas aquello que no haces.
La religión de Dios es para el amor y la unidad; no la conviertas en causa de enemistad y disensión.
Asociaos con todas las religiones en amistad y concordia, para que aspiren de vosotros la dulce fragancia de Dios.
Tan poderosa es la luz de la unidad que puede iluminar el mundo entero.