Imágenes
Algo de ti que en mí vive basta a mi dicha esencial; algo de ti que en mí falta trueca el jardín en erial.
Aurelio Espinosa Pólit
Te adueñaste del corazón, ni cómo; y el dominio que ahora tienes en mí, lo tomo como viviente prueba de que mi alto destino será un día perderme dentro del mar divino de una dicha sin límite ni término jamás...
Y el corazón lloraba del hogar al recuerdo seductor... Mas al fin a tus pies caí rendido con divina ilusión; y el viviente holocausto consumé en aquel día por tu amor, y llorando Te dije: Voy ahora, ya todo tuyo soy...
Tus ojos son ojos vivos que en quien los mira se clavan, y descienden silenciosos hasta la hondura del alma.
Prendas de amor que perduran más que la vida mortal... Soñé con ser todo tuyo, y todo tuyo soy ya.
Ya lo comprendo, despegarme quieres el corazón; me quieres solo sin ningún arrimo de otra ilusión.
¿Eres Tú? Lo que siento dentro de mis entrañas. ¿No es el pulso amoroso de tu toque divino?
Y aunque tantas memorias infelices Te opone mi esquivez, Tú tan sólo me dices: Sé más fiel otra vez...
Ser todo tuyo... Intimidad divina... No son palabras, ni ficción o juego, sino lucha interior que a sangre y fuego se traba, y sólo con morir termina. O muere el propio amor, o lenta y triste se alarga de por vida la contienda, hasta que el alma a costa suya entienda que a tu exigencia en vano se resiste.
Si el mar es sólo espejo: los colores del mar son los del cielo. ¿Los colores de mi alma? -Espejo es también ella.
Llora lágrimas tan quedas que nadie las ha de oír: bien fino será quien logre su secreto descubrir...
Al alcance de mis labios pones la copa de hiel, y con dulzura divina me convidas a beber. Sí, Bien mío, sin quejarme por tu amor la beberé, aunque con llanto en los ojos, y aunque la beba sin sed.
Y ahora que me vuelvo a mi pasado, siento un perfume, suavidad remota; y ya entiendo, Señor, de dónde brota: de que tuve mi frente en tu costado.
Como de gavilán pasó tu sombra, rápida por el suelo de mi alma; y te reconocí y estremecíme, que es gloria verte aun sólo de pasada, aun sólo en sombra rápida.
Y es esa visión amorosa, que al alma la ciega a toda otra luz; ¡y ese amor es el tuyo, tu amor perdurable, tu amor absorbente, oh Jesús!
Y ¿Qué es verdad en el poeta? -El alma hecha espejo viviente de sí misma; es la visión de la conciencia en calma cuando en la propia intimidad se abisma, es la voz primigenia que en si escucha, voz acallada siempre y siempre en vela, es la mudez del ser que en ciega lucha cobra un instante el habla y se revela.
Por trepar a cogerla, se me partió la rama ¡Ay manzanita roja, tentadora y falaz, de la copa del árbol risueña desafías la avidez de las manos, ilusiónideal!
Así alternando el himno y la elegía, ya llore, ya sonría, sólo te canto a ti, mi único dueño, en quien puse mi ensueño desde que supo amar el alma mía.
Penas hay tan secretas en nuestra vida, con que sangra por dentro tan honda herida, que el tiempo que remedía toda amargura a ésta sola adormece, pero no cura.