Frases de Auguste Comte

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Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no condiciones de circunstancias.

Saber es poder.

La explicación de los hechos, ahora reducidos a sus términos reales, consiste en el establecimiento de una relación entre varios fenómenos particulares y unos cuantos hechos generales, que disminuyen en número con el progreso de la ciencia.

Sólo los buenos sentimientos pueden unirnos; nunca el interés forjó uniones de larga duración.

Vivir para los demás no es solamente una ley de deber, sino también una ley de felicidad.

Para el alma, la religión constituye un consenso normal exactamente igual al de la salud para el cuerpo.

A los hombres no se les permite pensar libremente acerca de la química y la biología: ¿por qué debería perimírseles pensar libremente acerca de la filosofía política?

Mucho más que los intereses es el orgullo quien nos divide.

Lo esencial para la dicha es la completa dignidad en el sentimiento, incluso en el dolor.

Saber para prever, a fin de poder.

Nadie tiene más derecho que el de cumplir con su deber.

Una mujer sin ternura es una monstruosidad social de la naturaleza; más aún que un hombre sin valor.

Así, el verdadero espíritu positivo consiste, ante todo, en ver para prever, en estudiar lo que es, a fin de concluir de ello lo que será, según el dogma general de la invariabilidad de las leyes naturales.

Las mujeres viven en una infancia perpetua.

¡Qué pérdida irreparable!

La fórmula del positivismo: el amor como principio, el orden como base, el progreso como fin.

La palabra positivo designa lo real, por oposición a lo quimérico: en este aspecto conviene plenamente al nuevo espíritu filosófico, caracterizado así como consagrado constantemente a las investigaciones verdaderamente asequibles a nuestra inteligencia, con exclusión permanente de los impenetrables misterios que la embarazaron, especialmente en su infancia.

Los muertos gobiernan a los vivos.

Sólo hay una máxima absoluta y es que no hay nada absoluto.

Para comprender una ciencia es necesario conocer su historia.

La filosofía social debe, pues, en todos los aspectos, ser preparada por la natural propiamente dicha, primero inorgánica y después orgánica.

El verdadero gusto jamás existe sin disgusto.

El amor no puede ser profundo, si no es puro.

Lo esencial para ser feliz es mantener siempre bien colmado el corazón, incluso de dolor. Sí; incluso de dolor, y aun el dolor más amargo.

Vivir en otros es, en el sentido más veraz de la palabra, vida. Prolongar nuestra vida indefinidamente en el pasado y el futuro, para hacerla más perfecta en el presente, es abundante compensación para las ilusiones de nuestra juventud que se han ido ya para siempre.

Los cielos proclaman la gloria de Kepler y Newton.

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