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Sin orden jurídico estable y permanente, estamos frustrando el porvenir de la patria.
Arturo Umberto Illia
Solo será justo nuestro orden social cuando se logre que los recursos humanos, unidos al avance técnico del país, permitan asegurar al hombre argentino la satisfacción de sus necesidades físicas y espirituales.
Soy el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y usted un vulgar faccioso que usa sus armas y sus soldados desleales para violar la ley.
La no intervención, la autodeterminación como expresión de la libre voluntad de los pueblos, excluye beligerancias inconsistentes y reñidas con el total respeto que mantenemos a la soberanía de las naciones.
Si la política es alejada de las fuerzas de las ideas, se convierte única y exclusivamente en el ejercicio del poder.
Salarios justos, viviendas dignas y techo para todos; derecho a la salud firmemente garantizado.
La paz es la suprema conquista que propicia el progreso cierto.
La falta de ostentación es fundamental en todo hombre que quiera ejercitar una acción docente de cualquier finalidad... para ser útil hay que ser austero, desinteresado y modesto...
Ningún país puede pensar en desarrollarse sobre bases coloniales.
¡El comandante en jefe de las fuerzas armadas soy yo!
¡Con la salud no se negocia!
He sido derrotado por quienes me rodean.
Ningún gobierno de facto es más fuerte que uno que surge de la ley. ¡La ley! Esa es su fuerza.
Jamás acepten los jóvenes que les cercenen el más importante de los derechos que tiene el ser humano, que es la libertad de pensar.
A la juventud, no debe adulársela; deben presentársele los problemas, con claridad y seriedad y, sobre todo, lejos de todo intento, que huela a trampa.
La democracia argentina necesita perfeccionamiento, pero que quede bien claro, perfeccionamiento, no es sustitución totalitaria.
Ésta es la hora de la reparación nacional a la que todos tenemos que aportar, es la hora de la gran revolución democrática, la única que el pueblo quiere y espera y que restaurará las fuerzas morales de la nacionalidad.
Es necesario afirmar la participación activa de los trabajadores en todos los niveles, para asegurarles su integridad moral y material.
Debemos luchar por el hombre mismo, porque es la evidencia humana la que hace bambolear los tiranos y falsos dioses. Y si no sabemos con seguridad que nuestra verdad es la verdad, sabemos bien, en cambio, donde está la mentira.
La vida es lucha, el hombre es lucha.
La estabilidad y el progreso de la sociedad dependen en grado decisivo de la calidad humana de sus componentes.
La riqueza económica de un pueblo no consiste sólo en la abundancia total de bienes, sino más bien, en una eficaz distribución según justicia.