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Prestad oído al consejo de quien sabe mucho, pero sobre todo prestadlo al consejo de quien mucho os ama.
Arturo Graf
Para hacer política justa y sana no basta conocer los hombres; es necesario también amarlos.
La libertad sin ideales es mas dañina que provechosa.
Los enemigos más peligrosos son aquellos contra los cuales nadie se ocupa en defenderse.
¿Qué es el hombre envidioso de otro, sino una miseria que envidia a otra miseria?
Por lo que a instituciones y leyes se refiere, no sé decir quién las pone en mayor peligro: si aquellos que observan rigurosamente todas sus formalidades, o bien los que no las observan lo bastante.
Así, cuando la mujer tiende a transformarse en hombre, como cuando el hombre tiende a transformarse en mujer, la civilización está en peligro.
Las naturalezas inferiores repugnan el merecido castigo; las medianas se resignan a él; las superiores lo invocan.
Jamás desprecéis demasiado la opinión contraria a la vuestra.
Hay algunos obsesos de prudencia, que a fuerza de querer evitar todos los pequeños errores, hacen de su vida entera un solo error.
El hombre vale lo que vale el concepto que tenga de la felicidad.
Quien, aunque fuera una sola vez, amó y fue amado de verdad, por miserable que sea su vida ulterior, no debe maldecir demasiado del destino.
Mayor experiencia tiene del mundo aquel que ha observado más, que quien más ha vivido.
La originalidad es una soledad del espíritu.
El modo más seguro de hacernos agradable la vida a nosotros mismos es hacerla agradable a los demás.
La política es demasiado a menudo el arte de traicionar los intereses reales y legítimos, y de crear otros imaginarios e injustos.
La ignorancia no sería ignorancia si solo se estimara en más que la ciencia.
Tiene mejor conocimiento del mundo, no el que más ha vivido, sino el que más ha observado.