Imágenes
Natura nihil facit frustra. Entonces, ¿por qué me dio a mí tantos y tan profundos pensamientos si no iban a encontrar ninguna simpatía entre la gente?
Arthur Schopenhauer
Cuando leo que Plinio el Viejo leía o hacía que le leyesen continuamente, en la mesa, en los viajes, en el baño, la pregunta que a mí me importuna es ésta: ¿Pero es que ese hombre tenía una carencia total de pensamientos propios que era preciso estar insuflándole sin interrupción pensamientos ajenos?
Todo capricho surge de la imposición de la voluntad sobre el conocimiento.
Kant ha utilizado el término Dialéctica en un sentido menos favorable de la palabra, algo parecido a arte de disputar con sofismas.
El entendimiento natural puede suplir a la cultura, pero ésta nunca puede suplir a aquél.
Cuantas menos razones tiene un hombre para enorgullecerse de sí mismo, más suele enorgullecerse de pertenecer a una nación.
La gloria rápidamente lograda, pronto se desvanece.
El toro no embiste porque tiene cuernos, tiene cuernos porque quiere embestir.
La memoria opera como la placa de una cámara oscura, que concentra todo y da una imagen mucho más bella que el original.
La genialidad consiste en la objetividad del intelecto.
Parece significativo que en griego el diablo se llame propiamente calumniador: diábolos.
Los hombres vulgares han inventado la vida de sociedad porque les es más fácil soportar a los demás que soportarse a sí mismos.
No hay nada en el mundo a que más indiscutible derecho tenga el hombre que a disponer de su propia vida y persona.
Durante la infancia, la vida se presenta como una decoración de teatro vista de lejos; durante la vejez, como la misma decoración vista de cerca.
Hasta cuando se encuentran en la calle, las mujeres se miran una a otras como guelfos y gibelinos.
Casi siempre me ocurre a mí con la gente lo que le ocurría a Jesús de Nazaret cuando llamaba a sus discípulos: que siempre estaban todos dormidos.
La filosofía muchas veces no reporta nada, pero siempre ahorra mucho.
Los hombres superficiales tratan de llenar su tiempo, los sensatos lo utilizan.
Cada nación se burla de las otras y todas tienen razón.
La misión del novelista no es relatar grandes acontecimientos, sino hacer interesantes los pequeños.
La individualidad implica separatividad, y la separatividad dolor.
Los hombres se parecen a esos relojes de cuerda que andan sin saber por qué. Cada vez que se engendra un hombre y se le hace venir al mundo, se da cuerda de nuevo al reloj de la vida humana, para que repita una vez más su rancio sonsonete gastado de eterna caja de música, frase por frase, tiempo por tiempo, con variaciones apenas imperceptibles.
Por vida feliz hay que entender siempre "menos desdichada"; es decir, soportable. Y realmente, la vida no se nos ha dado para gozarla, sino para sufrirla, para pagarla.
Toda sociedad exige, necesariamente, un acomodamiento recíproco, un temperamento; así cuanto más numerosa es, más insípida se hace. No se puede ser verdaderamente uno mismo, sino mientras está uno sólo; por consiguiente, quien no ama la soledad, no ama la libertad, porque no es uno libre sino estando solo.
Un genio es el que es capaz de ver la idea en el fenómeno.
Sería bueno comprar libros, si se pudiera comprar a la vez el tiempo para leerlos; pero casi siempre se confunde la compra de los libros con la apropiación de su contenido.
La intuición no es una opinión, es la cosa misma.
No es la dificultad la que impide atreverse, pues de no atreverse viene toda la dificultad.
Quien ha perdido la esperanza ha perdido también el miedo: tal significa la palabra "desesperado".
La soledad ofrece al hombre colocado a gran altura intelectual una doble ventaja: estar consigo mismo y no estar con los demás.
Los pensamientos mas bellos, si no los escribimos, son irrecuperables, y de las amantes, si no las desposamos, procuramos huir alguna vez.
Nada se toma en serio en la vida humana: el polvo no merece la pena.
Las relaciones cotidianas son tales que con la mayor parte de nuestros buenos conocidos no volveríamos a intercambiar una sola palabra si oyésemos lo que dicen de nosotros en nuestra ausencia.
El buen Dios, previendo en su sabiduría que su pueblo elegido sería disperso por el mundo entero, dio a todos sus miembros un olor especial que les permitiese reconocerse y encontrarse en todas partes: es el faetus judaicus.
El egoísmo tiene en cada hombre raíces tan hondas, que los motivos egoístas son los únicos con que puede contarse de seguro para excitar la actividad de un ser individual.
Es cierto que nada contribuye menos a la alegría que la riqueza, y nada contribuye más que la salud; en las clases inferiores, entre los trabajadores de la tierra, se observan los rostros alegres y contentos; en los ricos y grandes dominan las figuras melancólicas.
Rascar al hombre civilizado y aparecerá el salvaje.
El individuo es a la especie lo que la superficie de los cuerpos a los cuerpos mismos.
La felicidad pertenece a los que se bastan a sí mismos, porque todas las fuentes externas de felicidad y de goce son, según su especie, inseguras, defectuosas, pasajeras y sometidas a la casualidad.
La religión es la obra maestra del arte de la educación de los seres, pues enseña a la gente cómo debe pensar.