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Él (Moriarty) es el Napoleón del crimen.
Arthur Conan Doyle
Tomad un vándalo, un normando y un alano, mezcladlos con el moro más redomado, emborrachad al aborto resultante de esa mezcla y ya tenéis un inglés hecho y derecho...
¡Mundo cruel, que a cada paso me hace rrecordad el retiro y la paz de mi celda!
El mundo está lleno de cosas obvias que nadie por casualidad observa jamás.
Es un error capital teorizar antes de tener datos.
Su ignorancia es tan notable como su conocimiento.
No hay nada más estimulante que un caso donde todo va contra usted.
A mi modo de ver, Watson, basado en mi experiencia, los más bajos barrios de Londres no presentan un record más terrible de pecado que el sonriente y bello campo.
La mediocridad no conoce nada más allá de ella, pero el talento instantáneamente reconoce a los genios.
Ha sido durante mucho tiempo mi axioma que las pequeñas cosas son infinitamente lo más importante.
La impresión de una mujer puede ser más valiosa que un análisis razonable.
No podemos comandar nuestro amor, pero si nuestras acciones.
Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad.
Mi nombre es Sherlock Holmes y mi negocio es saber lo que otras personas no saben.
El Supremo Creador nos dió dos orejas y una sola lengua, para que oigamos mucho y hablemos poco.
Es un error el creer que la pequeña habitación tiene paredes elásticas y que puede ensancharse indefinidamente. Créame llega un momento en que cada conocimiento nuevo que se agrega supone el olvido de algo que ya se conocía. Por consiguiente, es de la mayor importancia no dejar que los datos inútiles desplacen a los útiles.
El genio es la capacidad infinita de tomarse molestias.
Temple de acero, rectitud de espada, Arthur Conan Doyle, caballero patriota, médico y hombre de letras.
Es una equivocación garrafal el sentar teorías antes de disponer de todos los elementos de juicio, porque así es como éste se tuerce en un determinado sentido.
Me aborrecen la aburrida rutina de la existencia. Yo imploro de exaltación mental.
Usted ve, pero no observa.
He aprendido a nunca ridiculizar la opinión de cualquier hombre, por extraña que pueda parecer.
El sobresalir en el ajedrez es signo de una mente intrigante.
Las mujeres son secretistas por naturaleza, y les gusta practicar el secreto por su cuenta.
Me aborrece la aburrida rutina de la existencia.
Toda la verdad es mejor que la duda indefinida.
Un cliente es para mí una simple unidad, un factor en el problema.
Las verdades importunas no son populares.
De todos los fantasmas, los fantasmas de nuestros antiguos amores son los peores.
Sus delgadas facciones y hundidas mejillas revelaban al asceta que ha sabido triunfar de sus pasiones, no sin cruel y larga lucha, hasta dominarlas por completo.
Nuestras ideas deben ser tan amplias como la Naturaleza si aspiran a interpretarla.
Donde no hay imaginación, no hay horror.
No sirve de nada alimentarse de esperanzas y después desengañarse.
Ya conoces mi método, se funda en la observación de las nimiedades.
Yo nunca hago suposiciones. Es ese un hábito repugnante, que destruye la facultad de razonar.
Sé honrado y valiente; sin humillarte ante el poderoso, muéstrate afable y dulce con el pobre y humilde, y a su tiempo te verás honrado con el amor de una doncella pura y buena, el mayor galardón a que aspirar pueda todo cumplido caballero.
Tengo que ponerme inmediatamente en acción. -¿Y qué va usted a hacer? - pregunté. - Fumar -respondió-. Es un problema de tres pipas, así que le ruego que no me dirija la palabra durante cincuenta minutos.
La prensa, Watson, es una institución muy valiosa, si sabe cómo utilizarla.
Un tonto encuentra siempre otro más tonto que lo admira.
La prueba mayor de la auténtica grandeza del hombre está en la percepción de su propia pequeñez.