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Se llama ingenerado a algo, de un primer modo, cuando existe actualmente lo que no ha existido antes, sin generación ni cambio,...
Aristóteles
El amor o el odio hacen que el juez no conozca la verdad.
No tiene ningún amigo el que tiene demasiados amigos.
Si nada hay eterno, no es posible la producción ni la generación.
Si los ciudadanos practicaran la amistad entre ellos, no tendrían necesidad de la justicia.
No hay que empezar siempre por la noción primera de las cosas que se estudian, sino por aquello que puede facilitar el aprendizaje.
No es la forma de gobierno lo que constituye la felicidad de una nación, sino las virtudes de los jefes y de los magistrados.
Vale más tener doce hijos que doce millones. El que tiene doce millones siempre quiere tener algo más. El que tiene doce hijos siempre tiene de sobra.
Un buen estilo debe tener aire de novedad y al mismo tiempo ocultar su arte.
La dignidad no consiste en nuestros honores sino en el reconocimiento de merecer lo que tenemos.
El comienzo de todos los saberes es la admiración ante el hecho de que las cosas sean como son.
La juventud se engaña fácilmente porque la esperanza hace rápida presa de ella.
Demasiado poco valor es cobardía y demasiado valor es temeridad.
Así pues, ni lo que siempre existe ni lo que siempre carece de existencia será generable ni corruptible. Y está claro que, si es generable o corruptible, no será eterno.
El hombre más poderoso es aquel que es totalmente dueño de sí mismo.
La economía se encarga de estudiar los procesos de producción, conmutación (intercambio); más no negociación; distribución y consumo de bienes y servicios, entendidos estos como medios de satisfacción de necesidades humanas y resultado individual y colectivo de la sociedad.
Los menores suscitan revoluciones para conquistar igualdad y los iguales para superar a los demás.
Los hombres no han establecido la sociedad solamente para vivir, sino para vivir felices.
El hombre solitario es una bestia o un dios.
El mando de muchos no es bueno; basta un solo jefe.
La belleza vale más que cualquier carta de recomendación.
La ciudad (polis) es una de las cosas que existen por naturaleza; y el hombre es, por naturaleza, un animal político.
No se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto.
Educar a los hombres no es como llenar un vaso, es como encender un fuego.
Que lo irracional se deja en cierto modo persuadir por la razón.
Cuanto más nos inclina la naturaleza a los placeres, tanto más propensos somos a la licencia que a la decencia.
La única situación estable es aquella en que todos los hombres son iguales ante la ley.
Por eso las artes matemáticas nacieron en Egipto, pues allí disfrutaba de ocio la clase sacerdotal.
Las enseñanzas orales deben acomodarse a los hábitos de los oyentes.
Si hay cosas que pueden existir o no existir, es necesario que esté determinado un tiempo máximo para su existencia y su inexistencia; quiero decir un tiempo durante el cual es posible que la cosa exista con arreglo a cualquier forma de predicación, verbigracia: hombre, blanco, de tres codos u otra cualquiera de las cosas de este tipo.
Las tropas regulares pierden el valor cuando se encuentran ante peligros mayores que los que esperaban y superadas por el número y las armas del enemigo. Son las primeras en volver la espada. En cambio, los hombres de la milicia mueren en su puesto.
Quien es capaz de vivir en sociedad y no tiene necesidad de ella, porque se basta a sí mismo, tiene que ser un animal o un dios.
... en efecto, la generación y la destrucción se dan en los contrarios.
Las virtudes más grandes son aquellas que más utilidad reportan a otras personas.
La excelencia moral es resultado del hábito. Nos volvemos justos realizando actos de justicia; templados, realizando actos de templanza; valientes, realizando actos de valentía.
El hombre perfeccionado por la sociedad es el mejor de los animales; pero es el más terrible cuando vive sin ley ni justicia.
En efecto, tal como dicen también los pitagóricos, el todo y todas las cosas quedan definidos por el tres; pues fin, medio y principio contienen el número del todo, y esas tres cosas constituyen el número de la tríada.
La cólera que se siente contra una persona, por violenta que sea, cesa cuando se toma venganza de otra.
La virtud resplandece en las desgracias.
El hombre nada puede aprender sino en virtud de lo que sabe.