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El nacionalismo se impone tácitamente. Esa es su principal virtud.
Arcadi Espada
Al día de hoy lo único que funciona en Cataluña es un club de fútbol.
La sociedad catalana es una sociedad informada y ella tiene que tomar la decisión. Y no van a valer luego excusas.
En España, el territorio de la razón está amenazado. Amenazado por la izquierda y amenazado por la derecha.
En la vida todo es cuestión de magnitudes.
Hay una frase que a mí me ha costado muchos insultos: hay que expulsar al nacionalismo del espacio público.
La estupidez nacional, la estupidez aldeana, la estupidez cantonal, la estupidez provincial, la evidencia de que en este país se ha fragmentado la inteligencia, pero del cero al cero, reaccionó de esa manera pueblerina a que se acostumbra en España cuando alguien dice algo de forma natural.
Escribir sin aprender es una esterilidad.
Ser joven es una desgracia que se cura con el tiempo.
El nacionalismo está basado en una idea simple: yo llegué antes que tú y, por tanto, tengo más derechos que tú
En España hay que resolver el bloqueo institucional y político de alguna manera. En Cataluña hay un grupo de personas, entre los que me encuentro yo mismo, que cree que el concepto de ciudadanía está en peligro.
(Vanidad) De la propia uno debe prevenirse, y de la ajena aprovecharse.
El periodismo debe acostumbrarse a que ya no ejerce un régimen de monopolio en la gestión del conflicto social.
El nacionalismo es una ideología antidemocrática, no existe el nacionalismo democrático.
Bien, pues con el nacionalismo igual. ¿Cómo va a aceptar un demócrata que haya unos derechos históricos que permita legislar ¡hoy! a Cataluña sobre la lengua o sobre la historia o sobre la educación? ¿Qué espacio público es ese? Es un espacio público contaminado.
¿La muerte del periodismo? ¡Cuidado! ¡Es la muerte de la democracia!