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La guerra es una enfermedad como el tifus.
Antoine de Saint-Exupéry
Si alguien ama una flor, de la que hay un solo ejemplar en millones y millones de estrellas, eso es suficiente para hacerlo feliz cuando la mira.
Aquel que quiere viajar feliz, debe viajar ligero.
No me interesa aquel que haya conocido, llevado en litera, mil cimas de montañas y así observado mil paisajes porque, en primer lugar, no conocerá uno solo verdaderamente y, luego, porque mil paisajes no constituyen más que una partícula de polvo en la inmensidad del mundo.
El amor es lo único que crece cuando se reparte.
El lenguaje es fuente de malos entendidos.
La experiencia nos enseña que amar no significa en absoluto mirarnos el uno al otro, sino mirar juntos en la misma dirección.
El amor verdadero empieza cuando no se espera nada a cambio.
Los hombres han olvidado esta verdad, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado.
¡La Tierra no es un planeta cualquiera! Se cuentan en él ciento once reyes (sin olvidar, naturalmente, los reyes negros), siete mil geógrafos, novecientos mil hombres de negocios, siete millones y medio de borrachos, trescientos once millones de vanidosos; es decir, alrededor de dos mil millones de personas mayores.
Mirad, en la vida no hay soluciones, sino fuerzas en marcha. Es preciso crearlas, y las soluciones vienen.
Los hombres cultivan cinco mil rosas en un mismo jardín... Y no encuentran lo que buscan...
La grandeza de un oficio está acaso en unir hombres: no hay más que un lujo verdadero y es el de las relaciones humanas.
Tendré que soportar dos o tres orugas si quiero conocer a las mariposas.
Lo que da belleza al desierto es que esconde un pozo de agua en alguna parte.
Ser necio de nacimiento es una enfermedad incurable.
A veces en el silencio de la noche, todos sus recuerdos le eran devueltos con la plenitud de una canción de infancia... En la soledad, nadie escapa a los recuerdos.
Lo que embellece al desierto es que en alguna parte esconde un pozo de agua.
Cada mujer contiene un secreto: un acento, un gesto, un silencio.
La perfección se consigue, no cuando no haya más que añadir, sino cuando no hay nada más por quitar.
La gente tiene estrellas que no son las mismas. Para los que viajan, las estrellas son guías; para otros solo son pequeñas lucecitas.
Las personas grandes son bien extrañas.
Haz de tu vida un sueño, y de tu sueño una realidad.
Las estrellas son bellas porque tienen detrás una flor que no se ve.
Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante.
Uno es para siempre responsable de lo que domestica.
¡Ah! lo maravilloso de una casa no es que ella nos abrigue, que nos caliente, ni que uno sea dueño de sus muros. Sino más bien que haya depositado lentamente en nosotros estas provisiones de dulzura. Que ella forme, en el fondo del corazón, ese macizo oscuro del cual nacen los sueños como aguas de manantial.
Que me importa que Dios no exista mientras de divinidad al hombre.
El sufrimiento es casi un amigo.
Si la vida humana no tiene precio, actuamos siempre como si algo sobrepasara en valor la vida humana pero, ¿qué?
Una pila de piedras deja de ser una pila de piedras en el momento en que un solo hombre la contempla, concibiendo por dentro la imagen de una catedral.
¡No supe comprender nada entonces! Debí juzgarla por sus actos y no por sus palabras.
Sólo se conocen bien las cosas que se domestican.
La dificultad te entrega y te aporta la única libertad que cuenta.
La huida no ha llevado a nadie a ningún sitio.
Combatiré por la primacía del hombre sobre el individuo.
Las personas mayores nunca son capaces de comprender las cosas por sí mismas, y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones.
Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Para mi, tú serás único en el mundo. Para ti, yo seré único en el mundo...
Somos los amos de las cosas cuando las emociones nos responden.
Es una cuestión de disciplina, me decía más tarde el principito. Cuando por la mañana uno termina de arreglarse, hay que hacer cuidadosamente la limpieza del planeta.