Imágenes
El fracaso fortifica a los fuertes.
Antoine de Saint-Exupéry
Sólo con el corazón puede verse bien; lo esencial es invisible para los ojos.
Tener un amigo no es cosa de la que pueda ufanarse todo el mundo.
Si quieres construir un barco, no empieces por buscar madera, cortar tablas o distribuir el trabajo, sino que primero has de evocar en los hombres el anhelo de mar libre y ancho.
Los niños han de tener mucha tolerancia con los adultos.
Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos. Y no te necesito. Tampoco tú tienes necesidad de mí
La caridad según el sentido de mi imperio, es la colaboración.
Sé que sólo hay una libertad: la de pensamiento.
Es mucho más difícil juzgarse uno mismo que juzgar a los demás. Si logras juzgarte correctamente serás un verdadero sabio.
Si queremos un mundo de paz y de justicia hay que poner decididamente la inteligencia al servicio del amor.
El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe a dónde va.
Di a cada uno: tienes razón. Porque tiene razón. Pero condúcelos más alto en su montaña; pues el esfuerzo de escalar, que rehusarían por ellos mismos, exige tanto de los músculos como del corazón... ¿Cómo conocerán los hombres sus actos si no han escalado trabajosamente la montaña, en soledad, para transmutarse en silencio?
Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella, el viajero se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada, se arriesga a olvidar cual es la estrella que lo guía.
La vida se contradice tanto que uno se las arregla como puede con la vida.
Sólo seremos felices cuando cobremos conciencia de nuestro papel, aunque nos corresponda el más oscuro.
El avión es solamente una máquina, pero qué invento tan maravilloso, qué magnífico instrumento de análisis: nos descubre la verdadera faz de la Tierra.
Es necesario que no haya misterio. Es necesario que algunos hombres desciendan a este pozo oscuro, y suban, y digan que no han encontrado nada.
Si yo ordenara -decía frecuentemente-, si yo ordenara a un general que se transformara en ave marina y el general no me obedeciese, la culpa no sería del general, sino mía.
En toda multitud hay hombres a los que no se distingue, pero son portadores de mensajes prodigiosos. Y sin saberlo ellos mismos.
No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
Bebo para olvidar que soy un borracho.
¡Es tan misterioso el país de las lágrimas!
Todas las personas mayores fueron al principio niños, aunque pocas de ellas lo recuerdan.
No heredamos la Tierra de nuestros antepasados. La legamos a nuestros hijos.
El sentido de las cosas no está en las cosas mismas, sino en nuestra actitud hacia ellas.
Caminando en línea recta no puede uno llegar muy lejos.
Si quieres comprender la palabra felicidad, tienes que entenderla como recompensa y no como fin.
Conoces lo que tu vocación pesa en ti. Y si la traicionas, es a ti a quien desfiguras; pero sabes que tu verdad se hará lentamente, porque es nacimiento de árbol y no hallazgo de una fórmula.
Solamente del misterio se tiene miedo.
Para ver claro, basta con cambiar la dirección de la mirada.
Derecho, camino adelante no se puede ir muy lejos.
La oportunidad perdida es lo único que cuenta.
La perfección se logra al fin, no cuando no hay nada que agregar, sino cuando ya no hay nada que obtener.
Es fácil de colmar aquel que no tiene espacio en el corazón.
Cada progreso nos ha ido alejando más de hábitos que habíamos apenas contraído, y así nosotros somos verdaderos emigrantes que no han fundado todavía su patria.
El amor es sobre todo audiencia en el silencio. Gustar, es contemplar.
Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya.
El pato es feliz en su sucio charco porque no conoce el mar.
Si alguien ama a una flor de la que sólo existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas.
Para los vanidosos todos los demás hombres son admiradores.