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El ser humano es el único animal capaz de hacer fuego. Esto le ha procurado su dominio sobre la Tierra.
Antoine de Rivarol
La envidia que parla y que grita es siempre inhábil; se debe temer bastante en cambio la que calla.
La memoria está siempre a las órdenes del corazón.
Desgraciadamente, hay virtudes que sólo los ricos pueden cultivar.
Mirabaeu es capaz de todo por dinero, incluso de una buena acción.
Le resulta más fácil a la imaginación formar un infierno con el dolor que un paraíso con el placer.
Hay personas que de sus riquezas no tienen más que el miedo a perderlas.
Un poco de filosofía nos aleja de la religión; pero mucha filosofía nos conduce de nuevo a ella.
Lo que no está claro no es francés.
Las opiniones no se deben combatir sino por medio del raciocinio. A las ideas no se las fusila.
La palabra es en efecto la fisica experimental del espíritu.
La preocupación es un juicio que espera las pruebas.
Los axiomas son obra de las personas inteligentes que han trabajado para uso de los espíritus mediocres o perezosos.
Hay personas a las que la fortuna no les preocupa más que el miedo de perderla.
El avaro carece tanto de lo que tiene como de lo que no tiene.
Se ha dicho con acierto que la multitud tiene muchas cabezas, pero ningún cerebro.
Lo horrible de este mundo es que buscamos con el mismo ardor el hacernos felices y el impedir que los demás lo sean.
Cuando Neptuno quiere calmar las tempestades no se dirige a las olas, sino a los vientos.
La esperanza es un empréstito que se le hace a la felicidad.
Es necesario tener el apetito del pobre para gozar la fortuna del rico.
La razón está compuesta de verdades que hay que decir y de verdades que hay que callar.
El desprecio debe ser el más misterioso de nuestros sentimientos.
Las Inglesas tienen dos brazos izquierdos.
El gato no nos acaricia, se acaricia contra nosotros.
Las ideas son capitales que sólo ganan intereses entre las manos del talento.
Las cosas razonables perdurarán, pero sólo las apasionadas vencerán.
Los filósofos son como los anatomistas y no como los médicos; disecan pero no curan.
Si una persona tiene razón veinticuatro horas antes que las demás, será considerada necia durante veinticuatro horas.
No hacer nada es una enorme ventaja, pero no conviene abusar de ella.