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A alguna gente no le gusta vivir. Simplemente no soporta la vida, la sufren como si fuera una enfermedad terrible.
Anne Rice
Dios, no me hagas pensar en Dios. Sé mi Dios.
Qué patético resulta describir cosas que verdaderamente no pueden describirse.
Él no confiaba en nadie. Era como un gato, según su propia confesión, un depredador solitario. No obstante, esa noche se había tenido que comunicar conmigo; hasta cierto punto se había descubierto al decirme la verdad.
¿Qué hay que conocer? ¿Qué hay que dar? Somos los abandonados de Dios. Y delante de mí no se extiende ninguna Senda del Diablo, ni suena en mis oídos ninguna campana del infierno.
Pero yo no sabía lo que tenía que mostrarle ni a dónde me dirigía. Únicamente que tenía que ir, con un instinto sublime y condenado.
Y mi alma oscura es feliz otra vez porque no sabe sentirse de otra forma durante mucho tiempo y porque el dolor es un mar profundo y tenebroso en el que me ahogaría si no pilotara con firmeza mi pequeña nave por su superficie, siempre con rumbo a un sol que no saldrá jamás.
Tenía los labios inmóviles, pero cuando lo miré parecieron sonreír sin hacer el más mínimo movimiento. Lo miré más fijamente, convencido de que se trataba de una poderosa ilusión en la que yo no podía penetrar. Y, cuanto más miraba, más parecía sonreír y, por último, se animó con un susurro, un murmullo, un cántico mudo.
Te he dicho que yo no sentía miedo respecto a mi propia muerte, ni siquiera un prejuicio contra el suicidio. Pero sentía inmensa consideración por la vida de los demás.
La razón es sólo una cosa creada, impuesta con la fe en el mundo, las estrellas no prometen nada a nadie.
Éste es el único sol que volverás a ver. Pero dispondrás de un milenio de noches para contemplar una luz que ningún mortal ha visto jamás, para arrebatar a las lejanas estrellas, como Prometeo, una luz infinita que te permitirá comprender todas las cosas.
La verdad es que la mayoría de las mujeres son débiles, ya sean mortales o inmortales. Pero cuando son fuertes, son absolutamente imprevisibles.
¿Cómo es posible, que tanta belleza oculte un corazón duro y lacerado? ¿Por qué le amo, por qué me apoyo, cansado, en su irresistible e indómita fortaleza? ¿Acaso no es el espíritu marchito y fúnebre de un hombre muerto vestido con la ropa de un niño?
Somos una suma de todo lo que hemos visto y apreciado y comprendido.
La gente que cesa de creer en dios o en la bondad todavía suele creer en el demonio. No sé por qué. O sí lo sé: la maldad es siempre posible, la bondad es una dificultad eterna.
Eras la síntesis y la fuente de lo que habías apreciado y decidido respetar, de todo que lo que habías amado.
¿Qué estrellas son esas que cantan maravillosas cuando el mundo languidece inmerso en una espantosa disonancia?
¿Por qué un humano se siente irresistiblemente atraído por la música, y otro por la pintura, y otro por los encantos del bosque o del campo? ¿Por qué lloramos cuando vemos algo bello? ¿Por qué la belleza nos debilita? ¿Por qué nos rompe el corazón?
Un escritor no puede saber todo acerca de lo que escribe. Es imposible.
En la carne empieza toda la sabiduría. Cuidado con lo que no tiene carne.
Esto es lo que vi. Esto es lo que oí. Esto es lo que sé. Lo único que sé
Vengarse es el objetivo de aquellos que se sienten de algún modo derrotados. Yo no estaba vencido, me dije. Y siempre es mucho mas interesante pensar en la victoria que en la venganza.
Si alguna vez estás dispuesto a vender tu alma, no te molestes en vendersela a otro ser humano. Es un mal negocio, no vale la pena ni tenerlo en cuenta.
Me siento como una extranjera, y siempre me sentiré asó. Nunca fui miembro de ningún grupo en particular.
Permaneced junto a mí, hermosas estrellas -rogué-, y no permitáis que trate de descifrar esta fusión de luz y sonido, haced que me rinda a él de forma plena e incondicional.
Pero nosotros somos afortunados por ser criaturas diminutas de este universo. Afortunados por sentirnos trascendentales, solo porque somos más grandes que estos granos de arena.
Me temes porque no sabes cómo soy. Tengo aspecto de mujer, me expreso como un hombre y tu razón te dice que la suma total es imposible.
Para escribir algo tienes que correr el riesgo de burlarte de ti mismo.
Vi mis dioses verdaderos... los dioses de la mayoría de los hombres: la comida, la bebida y la seguridad en el conformismo.
El único poder existente está dentro de nosotros mismos.
Atribuyes muchos niveles y gradaciones al bien. Existe el bien de la inocencia de un niño y está el bien del monje que ha abandonado todo a los demás y vive una vida de privaciones y servicio. El bien de los santos, el bien de las amas de casa. ¿Es todo lo mismo?
Dios es infinito en su capacidad de misericordia. Díselo a El de la mejor manera que conozcas y desde el fondo de tu corazón.
Usted tiene una historia dentro que espera para ser escrita.
He conocido la venganza perfecta. Él se está muriendo, muriendo de rigidez, de miedo. Su mente no puede aceptar el paso del tiempo.
¿Quién tiene derecho a condenar a ninguna criatura viviente?
¿Acaso no hay categorías del mal? ¿Es acaso el mal una gran sima peligrosa en la que uno cae con el primer pecado y se desploma a las profundidades?
Somos temerosos de lo que nos hace diferentes.
La gente que deja de creer en Dios, o en la bondad, sigue creyendo en el demonio.
¿Acaso creías que podías bailar con el diablo y no pagar un precio por ello?
Venid a mí y seré el sol en torno al cual giréis en órbita, y mis rayos dejarán al descubierto los secretos que os ocultáis el uno al otro, y así yo, que poseo hechizos y poderes de los que no tenéis la menor idea, os controlaré y os poseeré y os destruiré.