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No se necesitan nueve meses, se necesitan cincuenta años para hacer un hombre, cincuenta años de sacrificio, de voluntad, de... ¡tantas cosas! Y cuando ese hombre está hecho, cuando ya no queda en él nada de la infancia ni de la adolescencia, cuando verdaderamente es un hombre, no sirve nada más que para morir.
André Malraux
No hay cincuenta maneras de combatir, sólo hay una, vencer. Ni la revolución ni la guerra consisten en auto compadecerse.
No se puede crear arte cuando uno no tiene qué decir.
El peor sufrimiento está en la soledad que lo acompaña.
El tiempo cura lo que la razón en vano procura.
Todo hombre se parece a su dolor.
El artista se define ahora mediante la ruptura con todo lo que le ha precedido, a través de una lenta y voluntaria conquista de sí mismo.
La cultura hace al hombre algo más que un accidente del universo.
La juventud es una religión a la que uno siempre acaba convirtiéndose.
La tradición no se hereda, se conquista.
La vida es el conjunto de las fuerzas que se oponen a la muerte.
Es posible que en el dominio del destino, el hombre valga más por el ahondamiento de sus preguntas, que por sus respuestas.
En la política es a veces como en la gramática: un error en el que todos incurren finalmente es reconocido como regla.
La muerte no es una cosa tan grave; el dolor, sí.
La realidad no tiene estilo ni talento.
Si el hombre no está dispuesto a arriesgar su vida, ¿dónde está su dignidad?
Hay hombres ávidos de representar su biografía, como un actor su papel.
El carácter consiste ante todo en no dar importancia al ultraje o al abandono de quienes están con nosotros.
La verdad de un hombre está sobre todo en lo que éste oculta.
La voz del artista saca su fuerza de que nace de una soledad que apela al universo para imponerle el acento humano, y en las grandes artes del pasado sobrevive para nosotros la invencible voz interior de las civilizaciones desaparecidas.
Quien se queda mucho tiempo mirando a los sueños, termina pareciéndose a una sombra.
La libertad pertenece a quien la conquista.
Sé mal lo que es la libertad, pero sé bien lo que es la liberación.
Lo difícil no es estar con los amigos cuando tienen razón, sino cuando se equivocan.
Un hombre que piensa no en una mujer como en el complemento del sexo, sino en el sexo como complemento de una mujer, está maduro para el amor: tanto peor para él.
Un país anarquista enamorado de la sangre: así es España.
El verdadero combate empieza cuando uno debe luchar contra una parte de sí mismo. Pero uno sólo se convierte en un hombre cuando supera estos combates.
He aprendido que una vida no vale nada, pero también que nada vale una vida.
Nuestra sensibilidad por la estatua mutilada, por el bronce de las excavaciones arqueológicas, es reveladora. No coleccionamos ni los bajorrelieves borrosos ni las oxidaciones; no es la presencia de la muerte lo que nos retiene sino la de la supervivencia.
El arte es una rebelión contra el destino.
La cultura es la suma de todas las formas de arte, de amor y de pensamiento, que, en el curso de siglos, han permitido al hombre ser menos esclavizado.
Hay una fraternidad que sólo se encuentra al otro lado de la muerte.
En un universo bastante absurdo, hay algo que no lo es: lo que podemos hacer por los demás.
Los hombres sólo mueren por lo que no existe.
La cultura es lo que, en la muerte, continúa siendo la vida.
La muerte sólo tiene importancia en la medida en que nos hace reflexionar sobre el valor de la vida.
Si las cosas cambiaran bastante más deprisa, nunca habría revolución. Un conservador inteligente es siempre un reformador.
Transformar una experiencia en conciencia, en esto estriba ser hombre.
Si de veras llegásemos a poder comprender, ya no podríamos juzgar.
No tarda nueve meses sino sesenta años en formarse un hombre.