Imágenes
Recuerdo haber dicho que se necesitaba mucho talento para hacer soportable un poco de genio.
André Gide
Lo importante se halla en la mirada, no en la cosa mirada.
Con buenos pensamientos puede hacerse pésima literatura.
No se descubren nuevos continentes si no se tiene el valor de perder de vista las viejas orillas.
Cree a aquellos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado.
Sabio es aquel que constantemente se maravilla de nuevo.
Ante ciertos libros, uno se pregunta: ¿quién los leerá? Y ante ciertas personas uno se pregunta: ¿qué leerán? Y al fin, libros y personas se encuentran.
Que mi libro te enseñe a interesarte más en ti mismo que en él, luego, en todo el mundo más que en ti mismo.
Si de verdad quieres ser feliz, no caigas en la tentación de comparar este momento con otros momentos del pasado, que a su vez no supiste gozar porque los comparabas con los momentos que habían de llegar.
Comprendí que la sed de disfrutar que nace en cada momento de voluptuosidad, se anticipa al gozo, de la misma manera como existen respuestas listas para cualquier pregunta.
Hemos construido catedrales inmovibles en la arena.
El hombre es incapaz de elegir y siempre cede a la tentación más fuerte.
La sabiduría no viene de la razón sino del amor.
Y cuando durante todo ese tiempo se piensa que los demás van al placer sin deseo, se piensa en ¡cuánto darían ellos por sentir hasta el más leve escalofrío de fiebre, y que uno de ese temblor muere, que le consume a uno hasta el corazón!
Mi propia posición en el cielo con relación al Sol no debe hacerme encontrar menos bella la aurora.
Mi alegría tiene algo salvaje, fiero, en ruptura con toda decencia, toda conveniencia, toda ley.
Un buen maestro tiene esta constante preocupación: enseñar a prescindir de él.
Es mejor ser odiado por lo que uno es, que amado por algo que no es realmente.
Todo está dicho, pero como nadie escucha...
Lo que te critiquen, hazlo, porque eso eres tú.
La satisfacción es la única señal de la sinceridad del placer.
... y tomando por tierra firme el flotante tapiz de flores, perdió pie bruscamente.
Todo ya se ha dicho una vez; pero como nadie escucha, hay que decirlo de nuevo.
El porvenir pertenece a los innovadores.
Querría flagelar con todas mis fuerzas a los que se ríen de la castidad como de una tontería, a los que se burlan de la virtud como de una debilidad y creen que un libertino tiene más carácter que un monje.
No creer en Dios es mucho más difícil de lo que se piensa. Para seguir haciéndolo es necesario abstenerse de mirar la Naturaleza y de reflexionar sobre lo que vemos.
Todas las cosas adquieren importancia para nosotros en cuanto nos damos cuenta de que existen.
Muchas veces las palabras que tendríamos que haber dicho no se presentan ante nuestro espíritu hasta que ya es demasiado tarde.
Es bueno seguir la pendiente con tal que sea subiendo.
Todo en mí se abre, se asombra; me late el corazón; una sobreabundancia de vida me sube a la garganta como un sollozo. Ya no sé nada; es una vehemencia sin recuerdos y sin arrugas.
La posesión completa sólo se demuestra dando. Todo cuanto no podemos dar nos posee.
Nuestra alegría es igual que el agua movediza de los ríos, que sólo debe su frescor a su constante fugacidad.
Ella no me amó a mí, sino al que yo deseaba ser, y siempre me reprochó que no hubiese cumplido mis deseos.
Todas las cosas ya fueron dichas, pero como nadie escucha es preciso comenzar de nuevo.
La edad también tiene ventajas muy saludables, se derrama mucho del alcohol que nos gustaría beber.
La gente no puede descubrir nuevas tierras hasta que tenga el valor de perder de vista la orilla.
Todas las cosas son ya dichas; pero como nadie escucha, hay que volver a empezar siempre.
Las cosas más bellas son las que inspira la locura y escribe la razón.
Si no advertimos con más frecuencia la presencia de la felicidad, débese a que ella se nos presenta con una apariencia distinta de la que esperábamos.
Cuando deje de indignarme, habrá comenzado mi vejez.