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La riqueza no se mide por las cosas que se poseen sino por aquellas de las que sabemos prescindir.
Amin Maalouf
Lo que determina que una persona pertenezca a un grupo es esencialmente la influencia de los demás; la influencia de los seres cercanos -familiares, compatriotas, correligionarios-, que quieren apropiarse de ella, y la influencia de los contrarios, que tratan de excluirla.
Le preguntaron un día a una beduina a cuál de sus hijos quería más. Ella contestó: al enfermo hasta que cure; al pequeño hasta que crezca; al viajero hasta que vuelva.
No te deseo que tengas inteligencia, pues tendrás que ponerla al servicio de los poderosos; te deseo que tengas suerte, para que la gente inteligente esté a tu servicio.
Cuando la mente de los hombres te parezca estrecha, piensa que la tierra de Dios es ancha y anchos Sus manos y Su corazón. No vaciles nunca en alejarte allende todos los mares, allende todas las fronteras, todas las patrias, todas las creencias.
Cuántas madres no se atreven a encariñarse con su hijo por miedo a tener que acariciar, un día, una sombra.
Nos animaban a que cuidáramos la caligrafía para podercopiar los libros más valiosos, pues así es, insistían, como se difunde la ciencia.
Ante la adversidad, las mujeres doblan y los hombres quiebran.
Cuando eras niño, ¿no decías en voz alta verdades que los adultos ocultaban? Bueno, pues tú eras quien tenía razón en aquel momento. Tienes que volver a hallar en ti el tiempo de la ignorancia pues también era el tiempo del valor.
Gracias a cada una de mis pertenencias, tomadas por separado, estoy unido por un cierto parentesco a muchos de mis semejantes; gracias a esos mismos criterios, pero tomados todos juntos, tengo mi identidad propia, que no se confunde con ninguna otra.
Si la muerte no fuera inevitable, el hombre habría perdido su vida entera evitándola. No habría arriesgado, ni intentado, ni emprendido, ni inventado, ni construido nada. La vida habría sido una perpetua convalecencia.
No eres culpable de nada, sin duda, Hasan, pero las apariencias te acusan. Y la justicia está en las apariencias, al menos en este mundo, al menos a ojos de la muchedumbre.
Quizá sea menester que alguien se atreva a enseñarles a mirar la derrota frente a frente, a explicarles que, para levantarse, hay que admitir, primero, que se está caído.
¡Dios muestra a quien quiere la senda recta y a los demás la vía de la perdición!
Es evolución moral la que debe dar un acelerón considerable, es ella la que debe situarse urgentemente al mismo nivel que nuestra evolución tecnológica, y eso exige una auténticarevolución en los comportamientos.
Una comunidad se desintegra en cuanto consiente en abandonar al más débil de sus miembros.
La situación es especialmente delicada en Europa, que se halla, como quien dice, entre dos fuegos: el de Asia y el de Norteamérica.
Soy hijo del camino, caravana es mi patria y mi vida la más inesperada travesía.
Tendréis los gobernantes que os merezcáis.
La tragedia de los occidentales es que han alcanzado un papel planetario desmedido que no pueden ya seguir asumiendo por completo, pero del que tampoco pueden librarse.
Lo que le reprocho en la actualidad al mundo árabe es la indigencia de su concienciaética; lo que le reprocho a Occidente es esa propensión que tiene a convertir su concienciaética en herramienta de dominio.
La fortuna te ha sonreído, jovenamigo mío, y me regocijo por ti tanto como si fueras hijo mío. Pero ten cuidado, pues la riqueza y el poder son enemigos del recto juicio.
O somos capaces de construir en ese siglo una civilización común con la que todos puedan identificarse, con la soldadura de los mismos valores universales, con la guía de una fe firmísima en la aventura humana y la riqueza de todas nuestras diversidades culturales o naufragamos juntos en una barbarie común.
En la época de la mundialización, con ese proceso acelerado, vertiginoso, de amalgama, de mezcla, que nos envuelve a todos, es necesario -¡y urgente!- elaborar una nueva concepción de la identidad.
La identidad de una persona no es una yuxtaposición de pertenencias autónomas, no es un mosaico: es un dibujo sobre una piel tirante; basta con tocar una sola de esas pertenencias para que vibre la persona entera.