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A lo lejos aparece el recuerdo de un amor, no me ve, camina ausente, hace mucho que pasó... y empecé a recordar...
Amaia Montero
El amor verdadero es tan sólo, el primero, los demás, son sólo para olvidar.
El puerto se durmió esperando a que tú volvieras.
Los coches arrastran dejando detrás un olor, que ahora turistas sin alma bebiendo en sus vasos de ron.
Todos los errores van a un puerto.
Tic tac, es tu joven corazón buscando el amor; tic tac, escucha de cerca su voz.
Esta noche olvidaré que estuve perdida.
Despiértate, olvídalo, aquello nunca sucedió, todo fue una ilusión.
Cuando el mar no tenga sed, y el amor sepa a perder, venderé mi corazón para darte algo mejor...
Por eso esperaba con la carita empapada que llegaras con rosas.
La silueta que el sol dibujó trajo un vacío de sombras, la silueta que el sol dibujó nos descubrió tantas cosas.
Y en el momento que vi tu cara buscando mi cara, la madrugada del 20 de enero saliendo del tren; me pregunté que sería sentir el resto de mi vida, y desde entonces te quiero, te adoro y te vuelvo a querer.
Y pasarán los años y siempre estarás buscando un plan para que se hagan realidad los sueños que soñábamos antes de ayer al dormir, hablando del tiempo que nos quedará por vivir.
Mirando al mar recuerdo el día que te conocí
Prometo llamarle amor mío al primero que no me haga daño, y reír será un lujo que olvide cuando te haya olvidado.
Tu caballito desbocado ves, quiere decirte te quiero.
Las emociones pueden ser tal vez armas de doble filo que se creen que todo gira solamente entorno a sus mentiras.
Me dejé llevar por una tontería, pensé que te quería un poco más que a mí
Desnudar almendras con los dedos, enjaular a un grillo solo por llorar.
Piensa en lo lejos que estaba la luna y lo imposible de llegar allí, y ahora con una simple escalera cualquiera puede ir a dormir.
Cuando el silencio venga a por mí, en silencio voy a construir una vida a todo color donde vivamos juntos los dos.
Sé que me he vuelto a perder, que he vuelto a desenterrar todo aquello que pasé
He soñado siempre con poder volar, desplegar los brazos y no aterrizar, conocer otros lugares y verdades más allá
Hay días que toda la noche la paso llorando por ti.
Se está haciendo tarde, tendré que marcharme. En unos segundos vas a despertar...
Si al besarme me diste la vida, al marchar te llevaste mi ser.
Nunca olvides quien te ayudo, quien estuvo contigo, quien te enseñó
Lo que hace bello al desierto es que guarda agua en su interior.
Te perdí, y no te perderé; nunca más te dejaré
Entiendo que te fueras y ahora pago mi condena, pero no me pidas que quiera vivir.
Siempre seréis mis cuatro ángeles, que mientras viva lo recordare.
El atardecer, sentado en mis rodillas se como una naranja: galopan mis días perdidos de ayer, mis días de hoy duermen.
Igual que el mendigo que creé que el cine es un escaparate, igual que una flor resignada decora un despacho elegante.
Y aunque a pares tengo ojos, tengo oídos, sin ti pierden sentido el sonido y el color.
No puedes imaginar cuanto te quiero, ahora los relojes pararán.
Siento que el viejo cuento aquél no tenga el fín que imaginé
Dicen que dicen, que anuncian que existe un peculiar vegetal, que hace que te rías de la Bruja Avería, como la cebolla hace llorar.
En algunos de mis sueños, ser valiente es tú papel.
Eres el ángel que guarda la fe que tengo en todos mis sueños.
Ven, cálmate, no llores más, si cierras los ojos verás que sigo junto a ti, que no me iré sin besar una de esas lágrimas que van desde tu cara al mar, la vida viene y va y se vá...