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No hay un lugar que me haga olvidar, el tiempo que pasé amando por tus calles junto a ti.
Amaia Montero
Sonriendo a la vida si no te sonríe ella a ti.
No hay nada que me haga olvidar; el tiempo que ha pasado ya, nunca volverá, no hay nada más, adiós mi corazón.
Ven, vuélvete a dormir, vuelve a descubrir todo aquello junto a mí
Sueños que no duermen sin su almohada, pájaros que avisan que se van.
¡Oh Soledad dime si algún día habrá, entre tú y el amor buena amistad!
El abuelo se duerme en el sillón, su nieto lo mira... y se ríe.
No digas nada, sólo es un ángel jugando a vivir; vuelve a sonreír... por mí
¿Dónde estarán los besos que aún nos quedan por contar?. Lo sabes tú y nadie más. Y al despertar me sentaré en mi lado del sofá para esperarte una vez más.
Qué importa nada si yo no sé reír, no sé sentir...
Sí quiero saber, si tú también recuerdas algo de aquel café, que espero a veces sin entender, por qué
La tentación no vive arriba.
Dime donde has ido, dónde esperas en silencio amigo, quiero estar contigo, regalarte mi cariño, darte un beso, ver tus ojos, disfrutando con los míos, hasta siempre, adiós mi corazón.
Si tú me has dado tanto, yo te esperaré y te daré mi vida entera.
Sólo una caricia me hubiera ayudado a olvidar, que no eran mis labios los que ahora te hacen soñar.
Siempre fuiste fiel, transparente fe... los mayores dicen que de ti me enamoré
Porque mi amor está por encima de tanta traición, de tanto desprecio, de toda razón, porque el dolor que llevo dentro es todo tuyo y mío.
Me gustaría inventar un país contigo, para que las palabras como patria ó porvenir, bandera, nación, frontera, raza ó destino, tuvieran algún sentido para mí
Te busqué muy lejos de aquí; te encontré pensando en mí...
Quisiera tenerte aquí un segundo, decirte que el mundo no tiene luz.
Y una vez duerma mi cabeza, tomará el mando el corazón.
Me encantaría que nuestro país tuviera un arsenal inmenso de caricias bajo el mar; para que al caer la noche yo encienda dos velas para invadirte por sorpresa en la intimidad.
Salgo del portal, quiero morir; tú en la habitación, llorando por mí; tú me has hecho tan feliz, que siempre estaré a tu lado, cuidando de ti.
Quiero ser la que te jure amor eterno.
Tus ojos azules son mi religión.
Me he enamorado de todo mi amor, me permití decirle al miedo adiós.
Porqué no me das la mano y nos cogemos este barco celebrando con un beso que hoy es hoy.
¡Qué lejos hay que ir a buscar para comprar la dignidad!
Lo más bonito que hay es compartir; tender la mano a quien no tiene y dar de ti sin recibir; que las estrellas son los besos que me das antes de ir a dormir.
Un niño pregunta si la libertad es así, y suena una vieja bandera que le cuentra un cuento sin fin.
No has despertado aún, apagó la suave luz que ilumina mi trocito de colchón.
Sería posible que yo en el peor de los casos, le hiciera una llave de judo a mi pobre corazón, haciendo que firme llorando esta declaración.
Tú que no te rindes nunca, escucha esta canción.
He rasgado mi vestido con una copa de vino, hoy tu amor corta como el cristal... buena suerte en tu camino, yo ya tengo mi destino, con mi sangre escribo este final...
Nunca hubo maldades, sólo ingenuidad.
A las estrellas pido, les pido valor, que no se despierte el mar; les pido calor, volverte a encontrar.
Has venido a despertar mi alegría y felicidad, tengo tantas cosas que contar.
Hoy quiero jugar a ser la fuerza del destino.
Promete que serás feliz, te ponías tan guapa al reí. Y así, sólo así, quiero recordarte. Así, como antes; así, adelante; así, vida mía, mejor será así
La casualidad se puso el disfraz de una mariposa, que al vuelo se entregó soltando su efecto... nos acarició