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Siempre que haya un hueco en tu vida, llénalo con amor.
Amado Nervo
La felicidad es como las neblinas ligeras: cuando estamos dentro de ellas, no las vemos.
Veo al final de mi rudo camino que yo fui el arquitecto de mi propio destino; que si extraje las hieles o la miel de las cosas, fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas: cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
La fortuna es como la policía: siempre llega tarde.
Dios mío, yo te ofrezco mi dolor: ¡Es todo lo que puedo ofrecerte! Tú me diste un amor, un solo amor, ¡un gran amor!Me lo robó la muerte... y no me queda más que mi dolor. Acéptalo, Señor; ¡Es todo lo que puedo ya ofrecerte!
Con la mitad de un periódico hice un buque de papel y en la fuente de mi casa va navegando muy bien. Mi hermana con su abanico sopla que sopla sobre él. ¡Muy buen viaje, muy buen viaje, buquecito de papel!
La tristeza es un don del cielo, el pesimismo es una enfermedad del espíritu.
Todas las cosas llegan, le hacen a uno daño y se van.
Todo hombre es como un cheque en blanco firmado por Dios. Nosotros mismos escribimos en él la cifra de su valor con nuestro merecimiento.
El día es de los hombres; mas la noche, de los dioses, decían los antiguos.
Resuenan voces puras que cantan en tropel: Hosanna en las alturas al Justo de Israel! ¡Pastores, en bandada venid, venid, a ver la anunciada Flor de David!
La luz del cielo baja, el Cristo nació ya, y en un nido de paja cual pajarillo está. El niño está friolento. ¡Oh noble buey, arropa con tu aliento al Niño Rey!
No os fiéis de quienes dicen que no creen en nada; o son unos pobres de espíritu, o seres incapaces de una sola noble acción.
¿Por qué aguardas con impaciencia las cosas? Si son inútiles para tu vida, inútil es también aguardarlas. Si son necesarias, ellas vendrán y vendrán a tiempo.
Cuando advierto mi inutilidad en el mundo, pienso en aquella tremenda frase de Shakespeare acerca de King Lear, viejo, enfermo y loco: Ya no hacía más que usurpar a la vida.
Desciende al nivel de tu interlocutor, para no humillarle o desorientarle.
Quienes piden lógica a la vida se olvidan de que es un sueño. Los sueños no tienen lógica.
Siempre somos dignos de recibir los bienes en los cuales creemos firmemente.
Esperanza, nodriza de los tristes.
En vano busco en los hondos escondrijos de mi ser para encontrar algún odio: nadie puede herirme ya sino de piedad y amor. Todos son yo, yo soy todos, ¡oh Cristo!
El miedo no es más que un deseo al revés.
Hay algo tan necesario como el pan de cada día, y es la paz de cada día; la paz sin la cual el mismo pan es amargo.
La verdadera grandeza, no necesita la humillación del resto.
La conciencia del ridículo suele ser más molesta que la conciencia del pecado.
El amor verdadero hace milagros, porque él mismo es ya el mayor milagro.
Tuve miedo de amar con locura, de abrir mis heridas, que suelen sangrar, ¡y no obstante toda mi sed de ternura, cerrando los ojos, la dejé pasar!
Y hay más amor en mi duda que en tu tibia afirmación.
El cuerpo no es más que un medio de volverse temporalmente visible. Todo nacimiento es una aparición.
Si una espina me hiere, me aparto de la espina, pero no la aborrezco.
Si vivir sólo es soñar, hagamos el bien soñando.
La vida es como un arca inmensa llena de posibilidades.
Allá en mis años mozos adiviné del Arte la armonía y el ritmo, caros al musageta, y, pudiendo ser rico, preferí ser poeta. ¿Y después? He sufrido, como todos, y he amado. ¿Mucho? Lo suficiente para ser perdonado.
Si no te quieren como tú quieres que te quieran, ¿de qué te sirve que te quieran?
La gente cortesana suele ser dura con sus inferiores, porque instintivamente ejerce represalias de las humillaciones perpetuas a que se ve sometida en los palacios.
No es aventurado esperarlo todo. No le cuesta más trabajo a esa corriente formidable de la vida, en que están las causas y los efectos, llenar un ánfora grande que un ánfora pequeña.
El signo más evidente de que se ha encontrado la verdad es la paz interior.
Si eres orgulloso conviene que ames la soledad; los orgullosos siempre se quedan solos.
¿Quién no sabe que en México seguimos al pie de la letra el precepto bíblico de alabar a los muertos? A los vivos los elogiamos cuando pueden darnos algo.
He desdeñado todo lo pequeño y tranquilo, enigmático, risueño, paso la vida mía hilando la hebra de oro de mi ensueño en la rueca de mi melancolía.
Es para mí una cosa inexplicable el porqué se siente uno capaz de ser bueno al sentirse amado.