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La tarea del arquitecto consiste en proporcionar a la vida una estructura más sensible.
Alvar Aalto
El hombre no puede crear sin destruir simultáneamente.
Hacer más humana la arquitectura significa hacer mejor arquitectura y conseguir un funcionalismo mucho más amplio que el puramente técnico.
La forma es un misterio que no conocemos en realidad, pero que proporciona al hombre una sensación totalmente diferente a la de un acto de liberación social como tal.
El objetivo último de la arquitectura es la creación de un paraíso. Es el único propósito de construir una casa. Cada producto de la arquitectura debe ser un fruto de nuestro esfuerzo para construir un paraíso terrenal para las personas.
Una solución arquitectónica debe tener siempre una motivación humana basada en el análisis, pero esa motivación se ha de materializar en la construcción, la cual es probablemente el resultado de circunstancias extrañas.
Sólo hay dos cosas en el arte: la humanidad o la falta de ella. La simple forma, algún detalle en sí, no crea humanidad. Hoy en día contamos con suficiente arquitectura mala y superficial que es moderna.
Hemos de construir casa que crezcan; la casa que crece ha de sustituir a la máquina para habitar.
La arquitectura tiene un motivo interior: la idea de crear un paraíso. Este es el único propósito de nuestras casas. Si no llevamos este pensamiento entre nosotros, todas nuestras casas serán más simples y triviales y la vida no será digna de vivir.
De cualquier modo el arquitecto tiene una tarea obvia: estamos aquí para humanizar la naturaleza mecánica de los materiales.
La auténtica esencia de la arquitectura consiste en una reminiscencia variada y en desarrollo, de la vida orgánica natural. Éste es el único estilo verdadero en arquitectura.
Construir artísticamente es una síntesis de la vida en forma material. Debemos tratar de poner todo bajo el mismo sombrero.
La arquitectura es la transformación de un ladrillo sin valor a un ladrillo de oro.
Los proyectos de planificación de ciudades debieran dirigirse de tal modo que, por ejemplo, al planificar una vivienda, un edificio o un grupo de edificios, la solución a la que se llegase fuera la natural para el año en que se levante el edificio.
La arquitectura moderna no significa el uso de nuevos materiales, sino utilizar los materiales existentes de una forma más humana.
El espíritu de reconstrucción surge del profundo instinto del ser humano como una protesta realista y como símbolo de su voluntad de vivir.
Deberíamos esforzarnos en la producción de artículos sencillos, buenos, sin decoración, pero artículos que estuvieran en armonía con el ser humano y que se adaptasen orgánicamente al hombre de la calle.
La arquitectura no sólo cubre todos los campos de la actividad humana, tiene incluso que desarrollarse en todos esos campos al mismo tiempo.
La economía de la construcción resulta de la cantidad de buenos artículos que podemos ofrecer a bajo precio. Lo mismo resulta en cualquier economía -la relación entre la calidad del producto y el precio del mismo. Pero, si prescindimos de la calidad del producto, la totalidad de la economía no tiene sentido en ningún terreno, y lo mismo ocurre con la arquitectura.