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El (Dios) sabe muy bien la ocasión y la coyuntura, y acudirá al tiempo de la necesidad.
Alonso Rodríguez
La intención es la raíz y el fundamento de la bondad y perfección de todas nuestras obras. Los cimientos no se ven; pero ellos son los que sustentan todo el edificio: así es la intención.
Esto es a lo que ha de atender el que hace las pláticas y el que hace los sermones; no a decir lo que a él le ha de hacer parecer más docto y erudito, porque eso sería predicarse a si mismo; sin lo que ha de hacer más provecho a los oyentes.
Dios os libre de la tentación, que no parece tentación sino razón.
El conocer uno su flaqueza y miseria no desmaya ni acobarda, antes anima y esfuerza más; porque hace desconfiar de sí y poner toda la confianza en Dios.
De donde se verá cuanto nos importa el hacer mucho caso de cosas pequeñas, si pequeñas se pueden llamar las que nos acarrean tanto bien, y por donde nos puede venir tanto mal.
La virtud del silencio no está en no hablar, sino en saber callar a su tiempo y en saber hablar a su tiempo.
La perfección de la virtud consiste en hacer los actos de ella con deleite y gusto.
Lo que Dios con su divina providencia y disposición tiene determinado desde la eternidad de dar a las almas, lo da en el tiempo por medio de la oración.
El espíritu de mortificación y de rigor es muy bueno que lo tenga cada uno para sí, mas para su hermano siempre ha de tener un espíritu de amor y suavidad.
Es menester que pasemos muy adelante con nuestros designios y deseos, para que con la obra lleguemos siquiera a lo que es razón.