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El único lenguaje verdadero en el mundo es un beso.
Alfred de Musset
Un cura joven hace los mejores sermones.
El único idioma universal es el beso.
El artista es un comerciante, y el arte, un simple oficio.
Una inmensa esperanza ha cruzado la tierra; a pesar nuestro hay que levantar al cielo la mirada.
La mujer es como una sombra: no podrás atraparla, pero tampoco huir de ella.
Enamorarse no es lo difícil, pero sí acertar a expresar ese estado.
Se puede dudar durante veinte años antes de dar un paso, pero jamás recular cuando se ha dado el primero.
¡Proyectos de felicidad! ¡Acaso sois la única y verdadera felicidad de este mundo!
Más obliga y más puede un rostro bello que un hombre armado.
El vaso en el que bebo no es grande, pero es mío.
La vida es un ensueño, el amor su sueño. Y habrás vivido si has amado.
Vivir es dormir, y el amor es el sueño; si habéis amado, habéis vivido.
Comencé a experimentar aquella verdad que dice que en todo mal hay siempre algo bueno, y que, dígase lo que se quiera, un gran dolor es un gran descanso.
El corazón de un hombre puro es un vaso profundo. Cuando la primera agua que en él se vierte es inmunda, ni toda el agua del mar que sobre él se arroje podrá lavar la mancha, porque el abismo es inmenso y la inmundicia se agarra en lo más hondo.
Experiencia es el nombre que los hombres le dan a sus desatinos o a sus tristezas.
El beso es el contacto de dos epidermis y la fusión de dos fantasías.
Mi vaso es pequeño, pero bebo en mi vaso.
Haceos de este mundo un sueño sin despertar.
Nada nos hace tan grandes como un gran dolor.
Nadie se conoce a sí mismo hasta tanto no ha sufrido.
Sólo lo hermoso es cierto, nada es cierto sin belleza.
La perfección no existe. Llegar a comprenderla es un triunfo de la inteligencia humana; desear alcanzarla es la más peligrosa de las locuras.
Tened cuidado con el hombre que pide un perdón: puede caer fácilmente en la tentación de merecer dos.
Se puede amar sin sufrir cuando se ama sin enrojecer.
Una lágrima dice más que cualquier palabra. La lágrima tiene un gran valor, es la hermana de la sonrisa.
Es una ley casi invariable que los placeres más exquisitos son los que más caros se pagan.
Nadie se conoce hasta que ha sufrido.
¿Qué es, ¡ay!, el pensamiento cuando la acción comienza?
Bien a mi pesar, la idea del infinito me atormenta.
Se cree en la sangre que corre y se duda de las lágrimas.
Los axiomas son los enemigos de las máximas.
La mujer que no está enamorada se aburre siempre, en su casa, en los salones y en el teatro.
¡Oh muerte, viejo capitán, es ya la hora; levemos el ancla!
Un pueblo desgraciado hace los grandes artistas.
¡Ah, el odio, el odio! Única pasión que sobrevive a la esperanza.
Es de presumir que las mujeres tienen en más su cuerpo que su alma, puesto que la mayoría entregan su corazón sin resistencia y se resisten a entregar su cuerpo.
El olvido llega al corazón como a los ojos el sueño.
El cristianismo arruinó emperadores, pero salvó pueblos.
El hombre es un apendriz; el dolor es su eterno maestro.