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La independencia de la mujer es la esclavitud del marido.
Alfred Capus
Hay mujeres que renuncian a martirizar a varios hombres y prefieren encarnizarse sobre uno solo. Son las esposas constantes.
Para los hombres el examen de honradez es ahora muy cómodo de superar: se aprueba mucho más fácilmente que antes.
El concepto que tenemos de la edad es puramente arbitrario. En el fondo, la verdadera edad, la que vale y cuenta, no es el número de años que hemos vivido, sino el que nos queda por vivir.
Para una mujer resulta siempre muy delicado el pedir perdón a un hombre: ignora hasta dónde le puede llevar esto.
Cuando una mujer tiene una profesión, no necesita de marido; con un amante basta.
Hay hombres que no pueden estar cinco minutos con una mujer sin adoptar el aire de maridos.
Tratándose de dos amantes siempre hay uno de ellos que ignora lo que el otro piensa: es decir, el enamorado.
Las mujeres de hoy en día no nos perdonan nuestras faltas; no nos perdonan ni siquiera las suyas.