Imágenes
Sus ojos me hablaron de cosas eternas, su boca me hizo conocer el sabor de la vida.
Alfonso Orantes
El amor es gracia humanizada y es tan irreal como los mismos sueños.
Mujer y ángel que en lo femenino de lo corpóreo que hay en tu existencia, anticipa a mi opaca inteligencia cómo está conformado un ser divino.
Iluminaste mi existencia llenando el arca vacía de mi corazón.
Cuando sonríe toda la gracia está en su boca y la alegría como una fiesta entre sus ojos.
Me abrieron tus ojos las puertas de lo eterno y el secreto de la vida me lo dijo tu boca.
Que en este mi infortunio está mi suerte: pues llevando mi muerte entre mi vida, es inmortal la vida de mi muerte.
Amor amortiza amor.
En nuestras bocas las sonrisas fueron mensajes de esperanza.
Sus ojos, dos puntos suspensivos en el poema de su cara.
Al verte, loca alegría danza en mi corazón.
Todo el vacío de mi vida lo llena tu sonrisa.
¡Si yo pudiera con palabras decirte este poema que hay en mí!
El hombre es el fruto de lo eterno.
Al evocarte, mi alma se ilumina como un amanecer.
Como revelación de ignoto arcano, hecha del germen mismo de lo tierno, eres misterio que al misterio humano aclara en ti su gema donde quiso mostrar la vida su prodigio eterno para que en ti yo viera el paraíso.
Todo se cambia, todo se transforma: la verdad, la mentira, los despojos.
Se eternizó el instante, porque al verte sobre ti se volcó toda mi vida.
Cuando el mar estaba claro tracé tu nombre en la playa, vino un oleaje a borrarlo y el mar se volvió esmeralda.
El amor es el bálsamo y la herida.