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Soy profundamente demócrata, por esta razón no soy de ninguna manera socialista. La democracia y el socialismo no pueden ir juntos. No se puede tener las dos cosas.
Alexis de Tocqueville
Para sacar provecho de los bienes de la sociedad es preciso someterse a sus cargas.
Si un pueblo no quiere creer, es fatal que caiga en la esclavitud.
La salud de una sociedad democrática puede medirse por la calidad de las funciones desempeñadas por los particulares.
Es más fácil para el mundo aceptar una simple mentira que una verdad compleja.
Con el fin de disfrutar de los inestimables beneficios que la libertad de prensa asegura, son necesarios los inevitables males que crea.
Pues yo no creo que en alguna época la esclavitud haya sido útil a la vida y al bienestar social. Lo creería, si todavía no hubiera llegado a concluir que en ninguna época la institución de la esclavitud ha sido buena y legítima.
Dios no tiene que hablar para que podamos descubrir, en forma definitiva, signos de su voluntad; es suficiente para examinar el curso normal de la naturaleza y la consecuente tendencia de los acontecimientos.
En política, compartir los odios es la base de la amistad.
En una revolución, como en una novela, la parte más dificil de inventar es el final.
Nada hay más fecundo en maravillas que el arte de ser libre; pero nada asimismo tan duro como el aprendizaje de la libertad.
Un gobierno democrático es el único en el que los que votan por un impuesto puede escapar a la obligación de pagar.
Una nación que no pide más que el orden ya es esclava en el fondo de su corazón.
Hay que acostumbrarse a vivir con los enemigos, ya que no a todos podemos hacerles nuestros amigos.
El hombre según Buffon y Flourens es, pues, de una sola especie y las variedades humanas están producidas por tres causas secundarias y exteriores: el clima, la nutrición y la manera de vivir.
Las sociedades deben juzgarse por su capacidad para hacer que la gente sea feliz.
La historia es una galería de imágenes en la que hay pocos originales y muchas copias.
El comercio es el enemigo natural de todas las pasiones violentas; hace a los hombres independientes los unos de los otros y les da una alta idea de su importancia personal, que les lleva a querer gestionar sus propios asuntos y les enseña a tener éxito en ellos. Por lo tanto, los inclina a la libertad, pero poco a la revolución.
El principio de igualdad no destruye la imaginación, pero reduce su vuelo al nivel de la tierra.
La vida es para asumirla con valentía.
El socialismo es una nueva forma de esclavitud.
Si una sociedad democrática muestra menos brillo que una aristocracia, también habrá menos miseria; los placeres serán menos escandaloso y el bienestar será compartido por todos; la ciencia tendrá menos desarrollo, pero abra menos ignorancia.
La causa real y determinante que ha hecho perder el poder a los hombres ha sido siempre el haber llegado a ser indignos de ejercerlo.
Fue tan grande como puede ser un hombre sin moral.
Lo que acostumbramos a llamar instituciones necesarias, muchas veces son instituciones a las que nos hemos acostumbrado.
Quien busca en la libertad otra cosa que la libertad, ha nacido para ser esclavo.
Lo que más me asombra de los Estados Unidos, no es tanto la maravillosa grandeza de algunas empresas, como la multitud de empresas pequeñas.
La igualdad es un eslogan sobre la base de la envidia.
En general las ideas no son una prueba de fortaleza, sino de la insuficiencia de la inteligencia humana.
El despotismo puede gobernar sin la fe, pero la libertad no puede.
Cuando el pasado ya no ilumina el futuro, el espíritu camina en la oscuridad.
Los excesos cometidos en nombre de la libertad pueden hacerla odiosa, pero no son obstáculo para que ella sea bella y necesaria.
Una nación que sólo pide a su gobierno el mantenimiento del orden es ya esclava en el fondo de su corazón, es esclava de su bienestar, y quien ha de encadenarla puede aparecer muy pronto.
Ni puede establecerse el reino de la libertad sin el de las costumbres, ni cimentar las costumbres sino sobre las creencias.
El mundo es un extraño teatro en el que se encuentran momentos en los que las peores piezas obtienen el mayor de los éxitos.
Estamos durmiendo sobre un volcán... Un viento de revolución nos golpes, la tormenta está en el horizonte.
Los que desprecian a la gente nunca pueda sacar el máximo provecho de los demás ni de ellos mismos.
Es imposible dudar de que antes de cien años no quedará en América del Norte, no una sola nación, sino un solo hombre perteneciente a la más notoria de las razas indias.
Más que las ideas, a los hombres los separan los intereses.
La voluntad de la nación es una de esas expresiones que más profusamente han sido objeto de abusos por parte del astuto despótico de cada época.