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Podríamos definir al periodista como un hombre que trabaja en caliente, que sigue, que sigue, rastrea el acontecimiento día a día sobre lo vivo.
Alejo Carpentier
Considero que el escritor debe empezar a escribir cuando, primeramente, tiene algo que decir y, en segundo lugar, cuando sabe cómo decirlo.
Si de algo me jacto, es de haber practicado todas las disciplinas del hermosísimo oficio de periodista. Yo he sido corrector de pruebas, traductor de cables, emplanador editorialista, columnista, reportero, asistente de reportero gráfico, jefe de redacción, director a ratos. Yo he hecho todas las disciplinas del periodismo. Las he ejercido y con igual alegría en cualquiera de sus sectores.
Escritor comprometido soy y como tal actúo... trataré de realizar las tareas que aún me quedan por cumplir en el Reino de este mundo.
Remontando el Orinoco, digo, y entrando ya en la zona amazónica, me di cuenta que América es uno de los pocos lugares del mundo donde el hombre del siglo XX, puede convivir con el hombre que corresponde a la era del paleolítico o del neolítico en la historia humana.
No faltaron los teóricos de manual que trataron de llevar la cultura cubana hacia los callejones sin salida que ya habían conocido ciertos países socialistas. El arte, la literatura... No pueden encasillarse.
Debemos buscar el comienzo de todo, de seguro, en la nube que reventó en lluvia aquella tarde, con tan inesperada violencia que sus truenos parecían truenos de otra latitud.
Es hecho indiscutible que nuestra época ha creado una arquitectura perfectamente adaptada a su ideología, singularmente armonizada con su modo de concebir la existencia.
Los mundos nuevos deben ser vividos antes de ser explicados.
Trataré, en mi obra inmediata, de reflejar un proceso histórico que me llevó a tomar conciencia de mí mismo y a saber que realizando mi labor no sólo trabajo para mí, sino que trabajo para los demás.
En América Latina, lo maravilloso se encuentra en vuelta de cada esquina, en el desorden, en lo pintoresco de nuestras ciudades... En nuestra naturaleza... Y también en nuestra historia.
El periodismo es una maravillosa escuela de vida.
Hay dos mecanismos que mueven al mundo: el sexo y la plusvalía.
Llego a preguntarme a veces si las formas superiores de la emoción estética no consistirán, simplemente, en un supremo entendimiento de lo creado. Un día, los hombres descubrirán un alfabeto en los ojos de las calcedonias, en los pardos terciopelos de la falena, y entonces se sabrá con asombro que cada caracol manchado era, desde siempre, un poema.
Si yo dijera algo, si yo hablara a solas, como a menudo hago, me asustaría a mí mismo.
Ah, si yo supiera que tu rosal sobrevivió a la tempestad, tal vez el frío me sería más leve.
Callan los grillos bajo la hierba que el viento aplastó. Las auras giran lento por un cielo cargado de pesar. No veremos jamás tu pueblo, tu fanfarria, tu brujo.
Silencio es palabra de mi vocabulario.
La palabra impresa embalsama la verdad para la posteridad.