Imágenes
No me apoyo en ti, por temor a que te derrumbes. Y por no apoyarme en ti, me derrumbo.
Alejandro Lanús
Moriré por todo. Cuando muera, todo habrá sido un sueño.
Conquistar los deseos destruye para siempre el ánimo que teníamos antes de abrazarlos.
El bien es selectivo; el mal reúne a todos.
Abrí mi herida. Te extrañaba.
En mi nostalgia vive parte de tu olvido.
En un pozo sin fondo, en el centro invariable de lo variable.
Y apenas he encontrado el origen del abismo. No busco nada que tenga nombre.
Cuando comprendo tu mirada escucho tu verdadera voz.
Somos pestañeos de lo infinito.
Quizá la nada abrace todo.
Entre ciegos, el único que no veía era yo.
Me asilo en tu alma como un náufrago a la tabla de su salvación.
Muy pocas huellas marcan camino.
Alguna vez, ¿Callaré en el silencio?
Es el final del laberinto el que nos devuelve al punto de partida. Pero cada vez que encontramos la salida, el laberinto es otro.
De tus labios niños he tomado inocencia, sin haberte permitido que de los míos tomaras experiencia.
Eres un ángel que muerde la noche, para no desgarrar mis alas.
Nada tiene fin ni finalidad. Pero todo se repite, invariablemente.
Conozco mil maneras de calmar tu angustia, y no hallo una sola que calme la mía.
Si mirara por tus ojos, y se extinguieran los míos, creo que no me afectaría.
En la comedia de los encuentros cotidianos sólo veo dramas.
Me has dado tu único pan: recibí todo. Y algunos creen que me has dado sólo un pan.
Mi voz es un silencio sin adornos.
Y vos que decías que el olvido hace huecos en la nada: los labios retuvieron las formas de cada temblor.
Nada de lo que tengo en mis manos me pertenece. Ni siquiera mis manos.
Si pienso en la nada, ya no existe la nada.
Has estado tan lejos y te he tenido tan cerca... Temo a las distancias.
Los pasos que di en mi niñez, son los pasos que hoy busco.
Ayer destruí todo. Ayer destruí también el misterio de saber que dos náufragos sólo deben mirarse.
El pergeñar de la verdad lamenta la destreza de la mentira.
Tomo la pluma de mi pensamiento y la desplumo.
Quienes en el desierto ofrecen su agua en el abismo entregan sus alas.
La parte de la humanidad que no conoce el hambre tiene en su poder la pobreza del mundo.
Fragmentado. Como siempre. Del ser al no ser. De la mañana a la noche. Como un papel doblado en cuatro.
A veces, a tientas, soy infinito.
Si en mis ojos ves oscuridad en mi camino verás sombras.
Alguna vez creí que todo lo que veía era mío. ¡Cómo nos desconciertan nuestros sentidos!
Me hallé luego de haber incinerado los trajes del engaño.