Imágenes
Me di cuenta de lo que significaba ser director con Hitchcock. De Kubrick aprendí su obsesión por el cine, por la perfección y la profundidad. Pero me gustaría parecerme a Spielberg, es el que mejor conoce el oficio.
Alejandro Amenábar
Spielberg fracasó con su quinta película. Ágora es mi quinta película o sea que a mí ya me toca fracasar.
Los avances tecnológicos han creado un monstruo: la capacidad cada vez más rápida y exacta de copiar una obra con un coste mínimo.
Un director tiene que buscar desafíos, ser creativo, casi rozar la locura y, sobre todo, ser muy práctico.
Mi cine no es un cine de respuestas sino de preguntas.