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María Santísima. La más bella criatura... Objeto toda ternura... pero su misión no es ser Ella el centro culto, sino llevarnos a Cristo y por Él al Padre...
Alberto Hurtado
Así como cuando vivía Jesús iba usted, ¡Oh Madre!, con el cántaro sobre la cabeza a sacar agua de la fuente, venga ahora a tomar agua de la gracia y tráigala, por favor, para nosotros que tanto la necesitamos.
Pero, el que ama a María, querrá imitarla en todo, y, como Ella, procurará hacer conocer y amar a su hijo Cristo, marchando al apostolado de las almas, apostolado que se hace hoy más necesario que nunca porque vemos a los países y a los individuos que atraviesan por horribles crisis, religiosa, moral y económica.
Con esta misma gracia del pájaro el circulaba por Santiago en este menester duro para el alma delicadísima. con gracia pedía, con la gracia humana y con la otra. ya parado ese callejón por nuestra capital, ya no trajina más por sus chiquillos, pero otro habrá que escoja su afán.
Sólo el santo santifica; sólo la luz alumbra; sólo el amor calienta.
El exceso de bondad es el menos peligroso de los excesos.
Creo que si el Padre Hurtado se apareciera hoy entre nosotros, repetiría con igual vigor, tal vez con más, sus palabras llamando a los chilenos al amor y a la justicia.
La eternidad. He sido creado no para el tiempo sino para la eternidad.
Mundo de santos: a eso estamos llamados. Y esa ha sido siempre la misión de María con Jesús, tal vez por eso que su presencia incluso sensible en medio de nosotros se hace cada vez mayor: apariciones, milagros, y ese milagro de ese mar que se mueve bajo su influjo a la invocación de su nombre.
Este mundo no nacerá para Cristo sino por María.
Dar, siempre dar, hasta que se nos caigan los brazos de cansancio.
¿Podrá también en nuestros días el Espíritu suscitar apóstoles de la estatura del Padre Hurtado, que muestren con su abnegado testimonio de caridad la vitalidad de la Iglesia? Estamos seguros que sí; y se lo pedimos con fe.
La única derrota es alejarse de Cristo.
La Inmaculada Concepción de María Santísima: al deseo ardiente de no poner obstáculo entre Dios y mi alma, nada que sea pecado, ni mortal ni venial, ha de tener esta actitud; no por temor, sino por amor a nuestro Padre Dios cuya ley ha escrito Él en nuestras almas y a cuyo cumplimiento nos está cada día invitando con suavidad infinita.
Hay delitos económicos que son más graves que los homicidios porque son más conscientes y son la causa no de una, sino de muchas muertes y de la corrupción...
La virtud perfecta es la de Nuestra Señora, y es impío pensar que tuvo dificultad en su castidad, paciencia... por tanto el mérito no depende de la dificultad sino del amor.
Es la hora del triunfo de Cristo, por María.
La gracia de María es gracia funcional: toda gracia es funcional, en provecho de todos los demás, justos y pecadores. No se trata de honores sino de funciones.
Todo lo que debilita la fe, debilita a la Patria. Luchar contra Cristo es luchar contra Chile.
Modelo de cooperación: María como Madre no quiere condecoraciones ni honras, sino prestar servicios.
Por eso aunque sea legítimo el acceso directo a Cristo, los congregantes marianos creen interpretar fielmente el pensamiento de Cristo al ir a Él por medio de María y por eso la hacen a Ella centro especial de su culto, de un amor; su acceso a la congregación significa una ratificación expresa de su consagración a Ella como Reina, como Madre, como La Mediadora...
No hay piedad mariana que termine en María, pero sí rasgo distintivo, por María ir a Cristo y consagración de nuestra vida a María para que Ella la presente a Jesús.
El cristianismo o es una vida entera de donación, una transubstanciación en Cristo, o es una ridícula parodia que mueve a risa y a desprecio.
San Alberto Hurtado se puso al servicio de los pobres y con esa expresión tan hermosa de que el pobre es Cristo invitó a todo Chile a una cruzada extraordinaria de servir a los más necesitados. Fueron muy hermosas las palabras del Papa al designar así lo más propio de la vida del padre Alberto Hurtado.
La visibilidad de la Iglesia no consiste solamente en la visibilidad de los miembros tomados individualmente, sino en la visibilidad de su unidad, en la visibilidad de su comunidad.
¿Qué es un católico? ¡Un hombre a quien Dios ha encargado el mundo!
Está muy bien no hacer el mal, pero está muy mal no hacer el bien.
¿Podré permanecer inactivo? Mi acción o inacción tiene un alcance eterno para tantas almas...