Imágenes
Con las cosas más bellas guardaré tu recuerdo que el tiempo no logró sacarlo de mi alma.
Alberto Cortez
Cuando un amigo se va, queda un terreno baldío que quiere el tiempo llenar con las piedras del hastío.
Y construyó, castillos en aire a pleno sol, con nubes de algodón, en un lugar, adonde nunca nadie pudo llegar usando la razón.
Todo es posible viviendo contigo todo es posible, por más guijarros que tenga el camino... Contigo es posible.
Y el abuelo un día se quedó dormido sin volver a España. El abuelo un día, como tantos otros, con tanta esperanza. Y al tiempo al abuelo lo vi en las aldeas, lo vi en las montañas, en cada mañana y en cada leyenda, por todas las sendas que anduve de España.
Cuando uno vive lejos de su país natal, al menos eso es lo que a mí me pasa, no sé por qué razón uno se vuelve más crítico con él que en otras circunstancias. Seguramente debe ser porque uno dispone de mayor cantidad de parámetros comparativos y como uno ama el sitio donde nació quisiera que fuese el mejor del mundo.
Era nuestro perro y era la ternura, esa que perdemos cada día más y era una metáfora de la aventura que en el diccionario no se puede hallar.
De qué sirve la vida, si a un poco de alegría le sigue un gran dolor. Me parece mentira que tampoco esta noche escucharé tu voz.
A la sociedad cada vez le conviene menos que el hombre sueñe, porque se distrae en sus vuelos y no presta atención a las ofertas de consumo que se le presentan y un hombre que no consume para la sociedad no existe.
Te llegará una rosa cada día, augurándote tiempos de ventura; compañera total del alma mía, propietaria de toda la ternura.
Amada mía, querida mía, Ay, Patria mía. De tumbo en tumbo, se pierde el rumbo de la alegría. ¡Vamos arriba! Que no se diga que estás llorando; que tus heridas mal avenidas se irán curando.
Camina siempre adelante pensando que hay un mañana, no te permitas perderlo porque está buena la cama.
Aunque fue de todos, nunca tuvo dueño que condicionara su razón de ser. Libre como el viento era nuestro perro, nuestro y de la calle que lo vio nacer.
Mi árbol brotó... Mi infancia pasó... Hoy bajo su sombra que tanto creció... Tenemos recuerdos mi árbol y yo.
Aquellos que no tienen fantasía no pueden entender, es muy complejo, que acorte la distancia, cada día, recibir una rosa desde lejos.