Imágenes
El gran acto mágico es decidir si vas a vivir en tu propia ficción.
Alan Moore
Sólo coincido en que un reloj simbólico es tan beneficioso para el intelecto, como una fotografía de oxígeno para un hombre que se ahoga.
Si queremos que se haga algo en el siglo XXI, el mensaje parece ser: No votes por alguien que dice que va a hacer algo, porque lo más probable es que no lo haga. Si quieres que pase algo en el siglo XXI, hazlo tú mismo.
La vida no se divide en géneros. Es una horrible, romántica, trágica y cómica novela de ciencia ficción de detectives. Ya sabes, con un poco de pornografía, si tienes suerte.
Mantener esos arsenales caros significa que había menos dinero para gastar en la sociedad, en la educación, en la sanidad.
Hay una relación inversa entre el dinero y la imaginación.
Lo más importante que he aprendido sobre la teoría de la conspiración es que los teóricos de la conspiración creen en ella porque es más reconfortante. La verdad es que el mundo es caótico. No es la conspiración de la banca judía, ni de alienígenas grises, ni de reptiloides de 12 pies de altura que controlan desde otra dimensión. La verdad es más aterradora, nadie tiene el control. El mundo carece de timón.
Venimos de la nada, tenemos hijos que se encuentran atados a este infierno al igual que nosotros, y volvemos a la nada.
No habrá recompensa para los perversos... Pero los justos pueden conseguirla cuando les apetezca.
Tengo que decir que encuentro la filosofía de Ayn Rand risible.
Nunca abandones tus principios, ni siquiera en presencia del apocalipsis.
Aquel que lucha contra monstruos debe temer convertirse en uno.
Las culturas sexualmente progresivas nos dieron las matemáticas, la filosofía, la literatura, la civilización y el resto. En cambio las sociedades sexualmente restrictivas produjeron la Edad Media y el Holocausto.
La existencia es algo fortuito, no tiene ningún sentido salvo el que elegimos imponer.
El miedo a que sus oponentes acabaran ganándoles les llevaba de cabeza a competir en esa carrera hacia la autodestrucción.
Antes que ayudarnos a expandir nuestros horizontes, nuestra mente, la tecnología cada vez nos hace más fácil no pensar o delegar responsabilidades y obligaciones. Ahora filmamos y fotografiamos cada minuto de nuestras vidas, queremos estar entretenidos. No soportamos ni treinta segundos de introspección. Por eso nos entregamos con devoción a estos aparatos y tratamos de convencernos de que esta forma de vivir es la única que merece la pena.