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Si el rechazo duele tanto es porque nos lo tomamos como una sentencia irrefutable emitida no solo sobre nuestro aspectofísico, sino sobre todo nuestro ser, y por ende, sobre nuestro derecho a la existencia.
Alain de Botton
La verdad es que a medida que envejecemos matamos a quienes nos aman a fuerza de preocupaciones, a fuerza de esa ansiosa ternura que inspiramos en ellos y que de continuo despertamos.
Hay otras pequeñas maneras, aunque no menos perniciosas, de traicionar a la pareja, como por ejemplo no hablar con ella, hacerse el distraído, mostrarse irritado o simplemente no evolucionar ni ilusionar.
En nuestra cultura existe un consenso abrumador respecto de que la principal dificultad en las relaciones radica en encontrar a la persona perfecta, y no en cómo amar a un ser humano real, es decir, a una persona inevitablemente imperfecta.
Si leemos la obra maestra escrita por un hombre de auténtico genio, nos deleita encontrar en ella reflexiones que nosotros mismos hemos llevado a cabo y que habíamos despreciado, gozos y zozobras que habíamos reprimido, todo un mundo de sentimientos que habíamos vilipendiado y cuyo valor nos enseña de pronto el libro en que los hemos descubierto.
Los amantes pueden matar su propia historia de amor solo porque son incapaces de tolerar la incertidumbre, el puro y simple riesgo suscitado por su experimento con la felicidad.
Nada que no asuma un riesgo calculado con la fealdad puede ser bello.
El sexo a veces puede ser algo demasiado privado como para compartirlo con alguien a quien conocemos bien y vemos constantemente.
El único objetivo por el que puede ejercerse legítimamente el poder sobre cualquier miembro de una sociedad civilizada en contra de su voluntad es el de impedir que perjudique a otros. Su propio bien, ya sea físico o moral, no es una justificación suficiente.
La única libertad que merece tal nombre es la de perseguir nuestro propio bien y a nuestro aire, siempre que no intentemos privar a los demás del suyo ni obstaculizar sus esfuerzos por obtenerlo.
La solución al estancamiento sexual prolongado está en aprender a ver a nuestra pareja como si la estuviéramos contemplando por primera vez.
El enojo poco después de recibir una ofensa es la cosa más generosa que uno puede hacer, pues le ahorra al ofensor el florecimiento de la culpa y la necesidad de hacer bajar al ofendido de su torre almenada.
Nos enamoramos porque deseamos huir de nosotros mismos con alguien que sea tan bello, inteligente e ingenioso como nosotros somos feos, necios e insulsos.
¿Es la belleza la que engendra al amor o el amor el que engendra a la belleza?
Un silencio con una persona poco atractiva implica que es ella la aburrida. Un silencio con alguien atractivo le deja a uno la certeza de que el insulso es uno mismo.
El buen sexo es en realidad un curioso prodigio biológico, psicológico y de sincronización.
Piense solamente en la cantidad de proyectos, viajes, amores, estudios que nuestra propia vida nos oculta, y que son invisibles debido a nuestra pereza y a que por nuestra certeza de que existe un futuro posponemos sin cesar.
Los pesares y tristezas, en el momento en que se transforman en ideas, pierden parte del poder que tienen de destrozarnos el corazón.
Lo que necesitamos no es una persona nueva, sino una nueva manera de percibir a la persona con la que estamos.
Sólo podemos enamorarnos cuando no sabemos de quién nos hemos enamorado.
Uno de los principales inconvenientes del amor, al menos durante un tiempo, es que corre el riesgo de hacernos felices.
Mi mentira, tan vergonzosa como inevitable, me llevó a distinguir entre dos tipos de mentira: la mentira del que busca librarse de algo y la mentira del que intenta ser amado.
Las ilusiones no son nocivas en sí mismas, solo hacen daño cuando uno es el único que cree en ellas y no puede crear un entorno donde reciban algún tipo de apoyo.
Hay una gran diferencia entre identificar un problema y resolverlo, entre la sabiduría y el vivir sabiamente.