Imágenes
Haré un desdoblamiento de emociones para darte mi vida.
Aída Cartagena Portalatín
Ausencia tuya nunca ha estado sola: tu recuerdo es el pasaporte de mis viajes.
La danza de las hojas que caen es la danza de la muerte.
Te hice un primer puesto en el mundo de mis pensamientos.
La sed de mi dolor sólo espera un retorno, para calmar su sed de lámparas eternas.
Hay almas que decaen como un atardecer si la luz la sorprende...
El amor es la sed suspendida o un recinto callado de rebaños dormidos.
No creo que esté aquí de más. Aquí hace falta una mujer, y esa mujer soy yo.
Tu palabra fue más que una palabra y te hice ídolo en mi templo en llamas, donde estaremos hasta siempre... ¡La muerte!
Mi vida se llenó de sombras desde que nos separamos: alma.
Tu nombre era innombrable, porque había naufragado en la playa de unos labios desierto.
La sed de los recuerdos tendrá lluvia de olvido.
Si tu ausencia no se hubiera eternizado, como una luz o una sombra, yo no estaría ausente. En un continuo viaje iría hacia ti, persiguiendo tu presencia.
La mirada se anuda en las cosas que se sorprenden debajo de las piedras.
Aquí hace falta una mujer, y esa mujer soy yo.
Los astros tienen sueño, soñaré con los astros: es víspera del sueño.
La vida se desliza como ríos en curvas.
En mi corazón un remolino de ternuras ha dejado un haz de arenas azules.
Las estrellas están ebrias de cielo, y tú, vida, tú tienes tu estrella, y tú muerte, muerte, tienes la tuya...